Jueves 21 de noviembre de 2024

Mons. Fernández llamó a la comunidad jujeña a trabajar por la fraternidad y la paz

  • 9 de agosto, 2023
  • San Salvador de Jujuy (AICA)
En la fiesta de San Salvador, el obispo de Jujuy aseguró que eso es posible si se entiende que la vocación "es hacer felices a los otros, brindándoles inclusión social, desarrollo y progreso".
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La comunidad jujeña participó, el 6 de agosto, de las fiestas en honor de San Salvador, patrono de la ciudad capital y de la diócesis de Jujuy. Hubo procesión con la imagen del Señor por las calles céntricas y el obispo local, monseñor César Fernández, presidió la misa abogando por la paz y la fraternidad.

Estuvieron presentes el intendente de San Salvador de Jujuy, Raúl Jorge; el gobernador electo, Carlos Sadir; el ministro de Gobierno y Justicia, Normando Álvarez García; y el presidente del Concejo Deliberante, Lisandro Aguiar, entre otras autoridades provinciales y municipales.

En la homilía, el obispo jujeño recordó que, en el Himno al Santísimo Salvador, se canta: “Fundaron esta ciudad, / con tu augusta protección / y por siglos tus favores / mostraron tu amor sin par. / Hoy con súplica ferviente / confiamos en tu bondad. / Salva a tu pueblo, Señor, / y bendice tu heredad”.

“Fundaron esta ciudad bajo el amparo del Salvador, como augurio de la protección de Dios sobre nuestras vidas y nuestros hogares. Pensar en una ciudad es pensar en el ámbito de la convivencia fraterna, de la ayuda solidaria, del trabajo cotidiano por mejorar y crecer. Pensar en una ciudad es pensar en un hogar, familia y casa, donde se comparte el pan ganado con el sudor de la frente y se abrigan sueños de prosperidad y de paz”, añadió. 

“En una familia, en una ciudad entendida también como gran familia, nadie se salva solo; nadie prospera si no prosperamos todos, nadie levanta cabeza aplastando a otros; nadie sufre y pena por la injusticia, sin que suframos y luchemos todos por vivir cada día mejor”, aseguró.

Tras reconocer que “estos propósitos pueden parecer inalcanzables”, afirmó: “En estos tiempos difíciles de desencuentros sociales que estamos viviendo, se pone de manifiesto un enorme desafío”.

Monseñor Fernández alentó,por lo tanto, a la comunidad cristiana jujeña a no ser indiferente a esos desafíos y a “aportar la fuerza transformadora del amor a la convivencia fraterna, y buscar por todos los medios restaurar el diálogo social y la cultura del encuentro”.

Asimismo, sostuvo –citando al Papa Francisco- que “la paz social es trabajosa, artesanal”, pero diferenció: “Sería más fácil contener las libertades y las diferencias con un poco de astucia y de recursos; pero esa paz sería superficial y frágil, no el fruto de una cultura del encuentro que la sostenga”.

“Integrar a los diferentes es mucho más difícil y lento, aunque es la garantía de una paz real y sólida. Esto no se consigue agrupando sólo a los puros, porque ‘aun las personas que puedan ser cuestionadas por sus errores, tienen algo que aportar que no debe perderse’.  Lo que vale es generar procesos de encuentro, procesos que construyan un pueblo que sabe recoger las diferencias”, añadió, parafraseando la encíclica Fratelli tutti.

El obispo jujeño aseveró que, con la fuerza de la fe -"porque la mayoría de nuestro pueblo es creyente"-, se puede “hacer el aporte que hoy necesita nuestra ciudad, nuestra provincia, nuestra patria, para ser familia y fraternidad”.

“Con los ojos llenos de cielo al contemplar al Señor transfigurado, hundamos nuestras manos en la tarea de cada día, para mirar a cada jujeño, a cada argentino, a cada hombre, como un hermano. Un hermano con quien unir manos y corazones, para construir este hogar de todos que es nuestra patria, nuestra ciudad, donde reine la justicia y la solidaridad”, pidió.

“Una familia y un hogar, donde los más grandes trabajemos por dar a nuestros niños y jóvenes el verdadero bienestar que no pueden ofrecer ni la droga ni el alcohol. Una familia y un hogar donde nuestros viejitos estén cuidados y atendidos como se lo merecen, después de haber luchado y dejado todo a lo largo de sus vidas. Una familia y un hogar donde los más grandes, los que tenemos más posibilidades, o los que tenemos alguna responsabilidad, entendamos que nuestra vocación es hacer felices a los otros brindándoles inclusión social, desarrollo y progreso”, añadió.

Monseñor Fernández sostuvo que “¡es posible todo esto! Sí. Es posible: sólo falta que cada uno de nosotros nos sumemos y nos comprometamos, para hacer de nuestra patria, de nuestra provincia, de nuestra ciudad, un verdadero hogar de familia y de familias. Sabemos que la gracia de Dios y el auxilio de nuestro Salvador no nos faltarán”.

“Por eso, terminamos encomendando al Señor nuestras familias y la vida de cada uno de nosotros, pidiendo con el Himno a nuestro Patrono: ‘Si de Jujuy Patrón eres, / para que todos se asombren, / que brille tu Santo Nombre / y cante con devoción / la tierra, el cielo, el orbe, / por toda la eternidad. / Salva a tu Pueblo, Señor / y bendice tu heredad’. Santísimo Salvador, ten piedad de nosotros”, concluyó.+