Martes 13 de mayo de 2025

Misa en la basílica de San Pedro conmemoró el atentado contra san Juan Pablo II

  • 13 de mayo, 2025
  • Roma (Italia) (AICA)
El secretario privado del Papa polaco, Card. Stanislaw Dziwisz, presidió la Eucaristía, a 44 años del ataque contra el pontífice durante la audiencia general por el turco Mehmet Ali Agca.
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El 13 de mayo de 1981, fiesta de Nuestra Señora de Fátima, en la plaza de San Pedro del Vaticano, se produjo uno de los acontecimientos más dramáticos del pontificado de san Juan Pablo II. A las 17.19 (hora de Roma), durante la tradicional audiencia general, el turco Mehmet Ali Agca disparó varias veces contra el Papa.

Como consecuencia del atentado, el Santo Padre resultó gravemente herido y acabó en la mesa de operaciones del Policlínico Gemelli de Roma.

El acontecimiento conmocionó a la Iglesia católica y a la opinión pública mundial y sus causas siguen siendo motivo de análisis. Hoy se cumple el 44 aniversario del atentado.


El arzobispo emérito de Cracovia y ex secretario privado del papa san Juan Pablo II, cardenal Stanislaw Dziwisz presidió la Eucaristía, en la basílica vaticana, de la que participaron numerosos fieles que luego de la misa siguieron en procesión hasta la tumba del santo papa polaco.

La protección de la Virgen
Este acontecimiento cambió la relación de Juan Pablo II con Fátima: el 13 de mayo de 1982, llegó a Cova da Iria para reconocer públicamente su convicción de que hubo intercesión de Nuestra Señora de Fátima en su recuperación.

En la primera audiencia después del atentado, el 7 de octubre de 1981 -memoria litúrgica de Nuestra Señora del Rosario- el santo polaco asumió esta convicción.

"¿Podría olvidar que el acontecimiento en la plaza de San Pedro tuvo lugar el día y a la hora en que, hace más de 60 años, se recordó la primera aparición de la Madre de Cristo a los pobres y pequeños agricultores en Fátima, Portugal? Porque en todo lo que ocurrió precisamente aquel día, noté esa extraordinaria protección y solicitud materna, que resultó ser más fuerte que el proyectil mortal".

En mayo de 1982, en el aniversario de este primer atentado contra su vida, Karol Wojtyla llegó a Fátima. Antes de partir hacia Roma, Juan Pablo II explicó que quería ir a Cova da Iria, "lugar bendito, también para volver a escuchar, en nombre de toda la Iglesia, el Mensaje que resonó hace 65 años en los labios de nuestra Madre común, preocupada por el destino de sus hijos".

En Fátima, el Papa habló de "dar gracias a la Divina Providencia en este lugar que la Madre de Dios parece haber elegido de modo tan particular". Simbólicamente, la bala que atravesó su abdomen ahora reposa en la imagen de la Virgen en Cova da Iria.

Delante de los peregrinos, en la Capilla de las Apariciones, dio gracias por la "especial protección maternal de Nuestra Señora".

"Y por casualidad -y no hay meras casualidades en los designios de la divina Providencia- vi también un llamado y, quizás, una llamada de atención al mensaje que vino de aquí, hace sesenta y cinco años, a través de tres niñas, hijas de humildes campesinos, las pastorcitas de Fátima, como se las conoce universalmente", añadió.

La devoción al rezo del Rosario y la preocupación por las "amenazas" al mundo fueron otros temas centrales de las intervenciones de Juan Pablo II, quien pronunció una oración de Consagración a la Virgen el 13 de mayo, en la que dejó, entre otras, la siguiente invocación: "¡De la guerra nuclear, de la autodestrucción incalculable y de todo tipo de guerra, líbranos!".

En Cova de Iria sería víctima de un nuevo atentado contra su vida, perpetrado por el español Juan Fernández Krohn, un sacerdote tradicionalista que utilizó un puñal. Incluso después de la muerte de Juan Pablo II (2 de abril de 2005), el cardenal Dziwisz aseguró que había resultado herido, aunque levemente.

El 25 de marzo de 1984, el Papa presidió la consagración del mundo al corazón de María, en el Vaticano; la misma imagen que en el año 2000 colocó entre los obispos de todo el mundo, consagrándole el tercer milenio.

También el 25 de marzo de 1984, el Papa ofreció al obispo de Leiria-Fátima la bala del atentado que luego sería colocada en la preciosa corona de la imagen de Nuestra Señora venerada en la Capilla de las Apariciones.

Juan Pablo II regresó a Portugal en 1991, pasando inevitablemente por el Santuario de Fátima, los días 12 y 13 de mayo; Durante cuatro días, pronunció 12 discursos y también envió una carta, desde Cova da Iria, a los obispos católicos de Europa, que preparaban una asamblea especial del Sínodo de los Obispos, dedicada al Viejo Continente.


Al despedirse del país, el Papa afirmó que "Fátima es siempre nueva para quienes repiten la subida a la Serra de Aire y buscan penetrar, cada vez más profundamente, en los misterios del Mensaje de Nuestra Señora, 'toda vestida de blanco', en las Apariciones de 1917 a los tres Pastorcitos".

El 12 y 13 de mayo de 2000, ya en estado de salud debilitado, Juan Pablo II regresó a Portugal para presidir la beatificación de los pastorcitos Francisco y Jacinta Marto.

El Papa pronunció un discurso a su llegada al Aeropuerto Internacional de Lisboa, la homilía de la Misa del 13 de mayo y un saludo a los enfermos reunidos en Cova da Iria; En la misma ocasión se anunció la publicación de la tercera parte del llamado "Secreto de Fátima".

"Quiero celebrar una vez más la bondad del Señor hacia mí, cuando, habiendo sido severamente herido, fui salvado de la muerte", dijo en su homilía.

De regreso en Roma, en la audiencia general del 17 de mayo de 2000, Juan Pablo II afirmó que "el llamado que Dios hizo a través de la Santísima Virgen permanece intacto hoy".

En 2000, el cardenal Joseph Ratzinger, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe (que más tarde sería elegido Papa Benedicto XVI), firmó el "comentario teológico" sobre la tercera parte del secreto, que habla de un "Obispo vestido de blanco" caminando entre ruinas y cadáveres, imagen asociada al intento de asesinato de Juan Pablo II.

El texto relativo al Secreto de Fátima (mensaje anunciado por Nuestra Señora a los Pastorcitos en julio de 1917 y escrito por Lucía en los años 40) se puede consultar en el sitio web del Vaticano.+