Martes 23 de abril de 2024

Las virtudes heroicas y la fama de santidad en la era digital

  • 4 de octubre, 2022
  • Ciudad del Vaticano (AICA)
Es el eje temático del congreso que desde ayer y hasta el 6 de octubre se desarrolla en el Aula Magna del Instituto Agostinianum. Organiza el Dicasterio para las Causas de los Santos.
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Profesores y estudiosos del mundo académico y exponentes de la cultura y los medios de comunicación participan desde este lunes hasta el 6 de octubre, en el Aula Magna del Instituto Agostinianum, del congreso sobre "La santidad hoy" que promueve el Dicasterio para las Causas de los Santos.

 Hay santos y santas también en este 2022, en el bien que germina en "gestos de paz aparentemente inactuales", en la "deserción de la masacre, en la oración, en el testimonio secreto y la caridad que lo cambian todo, aunque sea por una sola persona". Hay santos y santas que, en la guerra de Europa y en otros 168 lugares del mundo, "están hablando también ahora, diciendo a los hombres y mujeres de este tiempo que hay una salvación que nos concierne y que no es una huida hacia atrás, sino una carrera hacia adelante hacia un horizonte cristiano que coincide, aunque no se agote, con el humanismo que hace al mundo en paz". Así lo expresó Marco Tarquinio, director del periódico Avvenire, al dar elementos para una definición de la santidad en este tiempo.

Las jornadas buscan ser un espacio de debate sobre dos temas principales señalados por el prefecto del Dicasterio para las Causas de los Santos, cardenal Marcello Semeraro, en su saludo introductorio. El tema es "la heroicidad cristiana entre la perpetuidad y la actualización", es decir, cómo identificar las virtudes necesarias para una "santidad canonizable", teniendo en cuenta que San John Henry Newman escribió que para ser perfectos "no debemos hacer más que cumplir con nuestros deberes diarios", en la vida cristiana ordinaria.

El segundo tema es, en cambio, "La fama de la santidad en la era digital". La constatación de una sólida y difundida "fama sanctitatis", de hecho, subraya el prefecto, ha sido siempre el requisito fundamental para lanzar una causa de beatificación y canonización.

"En las últimas décadas, sin embargo -señala-, parece que esta criba previa ha pasado a un segundo plano: por ejemplo, en las positio, la fama de santidad (o de martirio o de ofrenda de la vida) y la fama de los signos suelen insertarse ahora al final de la exposición", señaló el purpurado, al recordar que el 31 de mayo de 2021 el Dicasterio para las Causas de los Santos envió una carta a todos los obispos en la que recomendaba "verificar la consistencia y autenticidad de esta fama, junto con la ejemplaridad y actualidad de los candidatos, así como una significativa 'fama signorum'".

El tema es, por tanto, de actualidad, tanto más cuanto que la era digital plantea nuevos y urgentes desafíos". Porque, comenta Semeraro, "no creo que los santos tengan likes en las redes sociales". Son temas que el cardenal también presenta en la entrevista que concedió al margen de la conferencia. 

Monseñor Bruno Forte, teólogo y arzobispo de Chieti-Vasto, es el encargado de pronunciar el discurso de apertura sobre el tema de la "santidad como fruto del Espíritu". El arzobispo subraya cómo el Concilio Vaticano II, en su constitución sobre la Iglesia Lumen gentium, deja claro que el Espíritu Santo fue enviado "para santificar continuamente a la Iglesia", y que, por tanto, la santificación "es el principal fin y fruto de la acción del Espíritu Consolador en la Iglesia".

La obra del Espíritu en el tiempo es triple: es la memoria viva de Dios, que "actualiza las maravillas del advenimiento" de Cristo; es Él "quien transforma el 'hoy' de los hombres en el 'hoy' de la gracia que salva y santifica"; finalmente, "es Él quien une incesantemente el presente del mundo con el 'todavía no' del último día, dándonos un anticipo de la santidad infinita de Dios". Gracias a esta triple obra del Espíritu "el agua de la vida fluye con frescura siempre nueva en los días de los hombres y les hace posible responder a la llamada a la santidad, que en el designio del Altísimo se dirige a toda criatura humana". Mirando a la actualidad, Forte explica que la Iglesia a la escucha del Espíritu, no "encerrada en un castillo de certezas fáciles", sino "comprometida en el discernimiento de los signos de los tiempos", como indica el Concilio en la Gaudium et spes, "tendrá que vivir en la brecha de la historia, en el diálogo y en la compañía exigente y fecunda con los hombres". De este modo, "se abrirá a reconocer y acoger mansamente la acción del Espíritu que en el hoy de los hombres hace presente el hoy de Dios y abre el camino de la santidad a los que lo quieren con fe".

Con caridad, los cristianos asumen el reto de los "signos de los tiempos"
Ejemplos concretos de los "signos de los tiempos", para el arzobispo de Chieti-Vasto, son "la aspiración a la justicia, a la libertad y a la paz, la presencia universal de testigos fieles del Evangelio y de la radicalidad del amor, llevado hasta el don de la vida en solidaridad con los más débiles y al servicio de la justicia para todos". Entonces, es sobre todo en el ejercicio de la caridad que la comunidad cristiana asume el desafío de los signos de los tiempos, se solidariza con el hombre concreto y le sirve en la causa de su más plena promoción y, por tanto, de la liberación de todo lo que ofende su dignidad de hijo de Dios.

La meta final del pueblo de Dios, es una de las conclusiones de monseñor Forte, "que hace de los cristianos extranjeros y peregrinos en este mundo, no es un sueño que se aleja de la realidad, sino una fuerza estimulante de compromiso con la justicia, la paz y la salvaguarda de la creación en el mundo actual". Por eso, los santos "animados por la acción del Espíritu, parecen incómodos e inquietantes a los ojos del mundo". Hasta que venga Cristo en su último advenimiento, "la Iglesia sigue siendo el lugar privilegiado de la acción del Espíritu en la historia, y por tanto la Madre que los hijos de Dios necesitan para vivir". 

Introduciendo algunos elementos para definir la santidad en la actualidad, se encuentra el obispo de Sessa Aurunca Orazio monseñor Francesco Piazza, quien, citando la exhortación apostólica Gaudete et exsultate de 2018 del papa Francisco, aclara cómo "la santidad no es sino la caridad plenamente vivida" y que, puesto que a la caridad siempre le sigue la alegría, "el camino de la santidad, como don y tarea, es el único camino de la alegría perfecta". No se trata tanto ni sólo, explica el obispo, de "la búsqueda de perfecciones personales, evidencias milagrosas u obras extraordinarias, sino del don de la misericordia y del amor que Dios ofrece al género humano a través de personas dedicadas a transformar su vida y la de los demás con los signos de la dignidad filial que Dios devuelve a sus criaturas".

La santidad, para monseñor Piazza, es siempre "escuchar dos voces": "La del amor misericordioso de Dios, extendido hacia sus criaturas, y la de lo humano, que a menudo, en medio de las urgencias de la vida, se convierte en una invocación".

Los santos unen la gloria de Dios y la carga de la vida cotidiana
Hay tres elementos para un camino de vida integral" que da forma a la caridad: "la unión íntima: confiar, confiarse, encomendarse a Dios", "la humildad alegre: vivir con sencillez y disponibilidad" en unión con Cristo y con los hermanos, y "la fraternidad profética" como estilo de comunión y de compartir. La vida de hoy, concluye el obispo de Sessa Aurunca, necesita las figuras de los santos "en los que se manifiesta la fuerza de la gracia de Dios que supera la lógica de la situación; modelos de una vida valiente, paciente, humilde y alegre, confiada y fermento de esperanza para el hombre y el mundo". En sus vidas se ilumina la conjunción, encarnada, entre la gloria de Dios y el peso de la vida cotidiana".

El periodista Marco Tarquinio interviene sobre el mismo tema y subraya que la santidad comunica hoy a la Iglesia y al mundo "la fuerza de la gracia, el peso de la buena voluntad y la necesidad del sentido del límite". Las dos primeras son cosas necesarias para "hacer la santidad", según San Pablo VI, que habló de ello en una audiencia general el 16 de marzo de 1966, la tercera, Tarquinio la añade pensando en el servicio que la Iglesia realiza "dando fe de la calidad y la verdad de las vidas santas, es decir, de las vidas buenas, justas y salvadas". Nos ayuda a "reconocer la limitación humana, a tener claro que no somos perfectos, que sólo Dios lo es". Y que "podemos vivir con la bondad, realizar la belleza, buscar y encontrar la verdad, pero no podemos ponernos en el lugar de Dios".

El lugar de los santos, en efecto, aclara el director de Avvenire, no está en el lugar de Dios, "en el vértigo de las piezas conquistadoras de su poder infinito, sino junto a su corazón y, por tanto, junto a los demás hombres, es decir, dentro de la ciudad del hombre y en todas sus posibles periferias, concurridas o solitarias". Se convierten en santos "con la ayuda y bajo la mirada de Dios" y son reconocidos "también a los ojos de los demás". "Palabras de carne" comprensibles para todos, "creyentes, no creyentes y no creyentes", desde el Hermano Francisco de Asís hasta la Madre Teresa de Calcuta. Capaz de la bondad general incluso donde triunfa el mal, "incluso el mal absoluto de la guerra", como el padre Maximiliano Kolbe y la hermana Teresa Benedicta de la Cruz, Edith Stein, pero también los mártires misioneros en tantas "tierras de trabajo".

El congreso continuó hoy, martes 4 de octubre, por la mañana abordando el primer tema, "La heroicidad cristiana entre perennidad y actualización", con las ponencias del padre Rocco Ronzani, profesor del Instituto Patrístico Agostinianium, y de la hermana Mary Melone, que enseña en la Universidad Pontificia Antonianum, sobre la perenne actualidad de los santos. A continuación, Rosalba Manes, profesora de la Pontificia Universidad Gregoriana, y Angela Ales Bello, profesora de la Universidad Lateranense, hablarán de las Bienaventuranzas como camino de santidad.

Por la tarde, el padre Maurizio Faggioni, de la Academia Alfonsiana, habló sobre el tema "Llamada universal a la santidad y santidad canonizable hoy". A continuación Giuseppe Noia, profesor de la Universidad Católica del Sagrado Corazón, sobre "Cultura de la vida y santidad" y Andrea Riccardi, historiador y fundador de la Comunidad de San Egidio, disertan sobre "Cultura del derroche y santidad".

La jornada concluyó con una mesa redonda, moderada por Francesco Giorgino, periodista de la RAI y profesor de comunicación en la Universidad Luiss, con el padre Ronzani, la hermana Melone, el padre Maggioni y Riccardi, mientras que las conclusiones se confían al arzobispo Fabio Fabene, secretario del Dicasterio para las Causas de los Santos.

El 5 de octubre se dedicará al segundo tema, "la fama de santidad en la era digital", mientras que la audiencia con el papa Francisco está prevista para la mañana del 6 de octubre.+