La Acción Católica ante el 25 de Mayo: 'Por otra gesta que nos una'
- 25 de mayo, 2025
- Buenos Aires (AICA)
En un mensaje, la entidad laical expresó su deseo de otra gesta que "nos ponga de pie para ser una Patria que eduque, que brinde posibilidades de crecimiento, inclusión y equidad para todos".

En un mensaje por el 215° aniversario de la Revolución de Mayo, la Acción Católica Argentina expresó su deseo de "otra gesta que nos una y nos ponga de pie para ser una patria que eduque, que brinde posibilidades de crecimiento, inclusión y equidad para todos".
Texto del mensajea por el 25M
La Revolución de Mayo y el primer gobierno patrio que conmemoramos este 25 de mayo traen al presente la grandeza de los varones y mujeres de una época en la que, dispuestos a romper las cadenas que ataban los sueños de desarrollo y libertad de una tierra naciente, gestaron un acontecimiento transformador del que somos herederos.
También hoy, a 215 años de aquel horizonte, nuestra querida Argentina necesita romper cadenas que atan aquellos mismos sueños, pero con distintas coordenadas y perspectivas.
En medio de logros que despiertan esperanzas, aún hay muchos hermanos y hermanas que sufren la marginación y el abandono: los sin techo deambulan en nuestras calles buscando donde cobijar sus noches y sus días; los jubilados mendigan una vejez digna; demasiados niños y niñas no reciben más que una ración diaria de comida; y el acceso a la salud se ha vuelto un artículo de lujo. No hay iguales oportunidades para todos, mientras se consolidan oportunidades para quienes ya las tienen con ventajas.
La droga avanza jugando su partido, robando el sentido a nuestros jóvenes y la violencia se vuelve moneda corriente en los barrios, con la falsa ilusión de que más armas en manos privadas o más cárceles serán la solución. Más que armas o rejas, necesitamos "techo, tierra, trabajo".
Es hora de diálogos constructivos en la clase dirigente y en nuestras formas de convivencia ciudadana. Hay desencanto cívico a pesar de que las encuestas y elecciones nos den ganadores y perdedores, y cuando la participación decrece la democracia pierde calidad y corre peligro.
Necesitamos ordenarnos, no cabe duda. Pero necesitamos hacerlo bien y respetuosamente, asumiendo nuestras diferencias y buscando acuerdos que sostengan la nación soberana que cimentó sus bases aquel 25 de mayo de 1810.
Ante un panorama complejo, hay signos de esperanza que alientan el corazón del pueblo, como la solidaridad que desatan nuestras tragedias, ante un clima que no perdona nuestros descuidos y desinterés por los abusos e indiferencia por el cuidado de nuestra casa común. La argentinidad tiene esta épica del abrazo ante la urgencia, eso de "Argentina, no lo entenderías".
Necesitamos más de lo mejor de cada uno de nosotros para hacer de ello una verdadera cultura del encuentro y concretar otra gesta revolucionaria que nos una y nos ponga de pie para ser una patria que eduque, que brinde posibilidades de crecimiento, inclusión y equidad para "todos, todos, todos".
Aún resuena cercano aquel "Nadie se salva solo" que Francisco -el argentino más importante de este siglo, fallecido hace un mes- nos dijera en la noche más oscura de los últimos años.
Nadie se salva solo? Los próceres de 1810 lo entendieron bien. Dios nos permita que, desde nuestros lugares, podamos tener la misma convicción y coraje para hacer historia, como lo hicieron aquellos hombres y mujeres que hoy recordamos.
En este 25 de mayo, renovemos el compromiso de construir una patria fraterna y justa. Una patria para todo aquel que quiera habitar el suelo argentino.
Que Dios y La Virgen de Luján cuiden a nuestro país y alienten los esfuerzos en favor del bien común. Bendito sea el Día de la Patria.+