Sábado 23 de noviembre de 2024

El Papa invita a visitar un santuario mariano en la solemnidad de la Asunción

  • 15 de agosto, 2022
  • Ciudad del Vaticano (AICA)
Tras el rezo del Ángelus, el Papa exhortó a "venerar a Nuestra Madre celestial" y a invocar su intercesión para que Dios "conceda la paz al mundo, y recemos especialmente por el pueblo ucraniano".
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Tras rezar el Ángelus en la solemnidad de la Asunción de la Virgen, este lunes 15 de agosto, el papa Francisco deseó a los presentes en la Plaza de San Pedro y a quienes seguían la oración por los medios de comunicación una "feliz fiesta de la Asunción", también a los que están de vacaciones, "así como a muchos que no pueden permitirse un período de descanso, a los que están solos y a los enfermos". "No los olvidemos", insistió el Obispo de Roma. 

También el Papa dirigió un pensamiento especial y su gratitud a quienes prestan servicios indispensables para la comunidad. "Gracias por su trabajo para nosotros", expresó.

A su vez, exhortó, a todos los que puedan en este día dedicado a la Virgen, a "visitar un santuario mariano" para "venerar a Nuestra Madre celestial". En este sentido, recordó que muchos romanos y peregrinos acuden a la basílica de Santa María la Mayor para orar ante la Salus Populi Romani, la patrona de la Ciudad Eterna.

Además, remarcó que allí está la estatua de la Virgen María Reina de la Paz, colocada por el Papa Benedicto XV. Precisamente ante esta imagen el papa Francisco rezó, el 31 de mayo en la conclusión del mes mariano, un rosario por la paz y, en su súplica, imploró, entre otras cosas: “Reconcilia los corazones llenos de violencia y de venganza”.

"Sigamos invocando la intercesión de la Virgen para que Dios conceda la paz al mundo, y recemos en particular por el pueblo ucraniano", concluyó el pontífice en su mensaje.

Magnificat, el canto de la esperanza
Durante su reflexión respecto al Evangelio del día, en el que se narra el diálogo entre María y su prima Isabel, el Papa se refirió al Magnificat e instó a que nos preguntáramos: “Esa inversión profética anunciada por María toca mi vida? ¿Creo que amar es reinar y que servir es poder? ¿Que la meta de mi vida es el cielo, el paraíso? ¿O solo me preocupan las cosas terrenales y materiales? Es más, al observar los acontecimientos del mundo, ¿me dejo atrapar por el pesimismo o, como la Virgen, soy capaz de distinguir la obra de Dios que, a través de la mansedumbre y la pequeñez, realiza grandes cosas?”.+