Jueves 21 de noviembre de 2024

Francisco: El servicio, la misión y la alegría están en el corazón del Evangelio

  • 26 de septiembre, 2024
  • Luxemburgo (AICA)
Dirigiéndose a la comunidad católica de Luxemburgo, el Papa llamó a la Iglesia a abrazar la hospitalidad, participar en el trabajo misionero y vivir el Evangelio con corazones alegres.
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El Papa Francisco dirigió un discurso a la comunidad católica de Luxemburgo, como último acto de su 46º Viaje Apostólico al extranjero. El acto coincidió con el Jubileo Mariano, que conmemora cuatro siglos de devoción a María, Consoladora de los Afligidos.

Dirigiéndose a los fieles reunidos en la Catedral de Notre Dame de Luxemburgo, el Papa Francisco se centró en tres temas clave: servicio, misión y alegría.

Una Iglesia llamada a servir
El pontífice recordó que servir es una acción que "está en el corazón mismo del Evangelio". En una nación con una larga tradición de acogida, existe una gran urgencia de hospitalidad, no es sólo una cuestión de caridad, dijo, "sino también de justicia".

El Papa elogió la apertura de Luxemburgo, exhortando a los fieles a permanecer firmes en esta práctica. "El espíritu del Evangelio es un espíritu de acogida, de apertura a todos; no admite ningún tipo de exclusión", afirmó Francisco.

La Iglesia en una sociedad secularizada
El segundo punto del discurso de Francisco destacó la misión de la Iglesia en una sociedad cada vez más secularizada, subrayando la necesidad de que la Iglesia acepte esta evolución sin perder de vista sus valores fundamentales.

"No podemos encerrarnos en la tristeza, la resignación o el resentimiento", dijo el Papa, invitando a los católicos de Luxemburgo a ser, en cambio, "dinámicos", respondiendo siempre a los desafíos de los tiempos. Esto, dijo, se hace siendo una "Iglesia misionera".

Con esto en mente, el Santo Padre alentó un espíritu de sinodalidad como medio para fortalecer la vida comunitaria y difundir el mensaje del Evangelio.


La alegría del Evangelio
El tercer tema que el Sucesor de Pedro trató fue la alegría, que definió como "parte integrante de la fe cristiana". Reflexionó sobre el testimonio de Diogo, un joven que compartió su experiencia gozosa en la Jornada Mundial de la Juventud.

El pontífice dijo que la alegría de Diogo es emblemática del mensaje del Evangelio. "Nuestra fe está llena de alegría, es una 'danza', porque sabemos que somos hijos de un Dios que es nuestro amigo", afirmó.

El Papa también habló de la singular Procesión de Primavera en Luxemburgo, en la que los fieles, acompañados por peregrinos, danzan por las calles recordando el esfuerzo misionero de san Willibrordo, "se convierte en una gran danza unitaria", afirmó.

Al terminar su discurso, Francisco recordó a los fieles que la misión que se les confió es bella. "Consolemos y sirvamos, siguiendo el ejemplo de María y con su ayuda", concluyó.+