Episcopado: 'La educación es un acto de esperanza que transforma el mundo'
- 10 de septiembre, 2025
- Buenos Aires (AICA)
Lo destacó el presidente de la Comisión Episcopal de Educación, monseñor Jorge González, en un saludo por el Día del Maestro, en el que también destacó la nobleza de la vocación docente.
Con motivo del Día del Maestro, el presidente de la Comisión Episcopal de Educación, monseñor Jorge González, obispo auxiliar de La Plata, envió un mensaje de saludo y gratitud a todos los educadores de la Argentina, en el que destacó la nobleza de la vocación docente y la importancia de su misión en la construcción de un futuro más humano.
"Queremos llegar a cada uno de ustedes para agradecerles todo lo que están haciendo en la educación de nuestros niños, niñas, adolescentes y jóvenes de nuestra querida Argentina. Gracias por ser sensibles a la importancia estratégica de las escuelas en el cumplimiento de la misión de la Iglesia y por dedicarle tiempo, afecto, energía y preocupación", expresó el prelado.
Monseñor González subrayó que "ser educador es mucho más que impartir una clase o seguir un programa de estudios; es un acto de amor y de esperanza que tiene el poder de transformar el mundo".
La educación, un acto de esperanza
El obispo recordó las palabras del papa Francisco en el lanzamiento del Pacto Educativo Global, donde afirmaba que "educar es siempre un acto de esperanza que invita a la coparticipación y a la transformación".
En esa línea, el presidente de la Comisión Episcopal de Educación resaltó que los maestros son "faros que guían a las nuevas generaciones, no solo transmitiendo conocimientos, sino también construyendo un futuro más humano".
"La educación es una de las formas más efectivas de humanizar el mundo y la historia", citó y agregó que el verdadero valor del trabajo docente no se mide por pruebas estandarizadas, sino "por la capacidad de incidir en el corazón de una sociedad".
El legado de Sarmiento y el desafío del presente
En su mensaje, monseñor González recordó también a Domingo Faustino Sarmiento, cuya frase "todos los problemas son problemas de educación" refleja la convicción de que "la educación es la base sobre la que se construye cualquier nación y se resuelven sus mayores desafíos".
El obispo no dejó de reconocer las dificultades que enfrentan los docentes en la actualidad, entre ellas "la sobrecarga de trabajo, los bajos salarios, la falta de reconocimiento social y la violencia en las aulas", situaciones que, advirtió, "pueden llevar al agotamiento y la deserción".
A pesar de estas dificultades, los animó a continuar firmes en su misión: "Que cada día, en cada aula, en cada colegio, sigan sembrando la semilla de la esperanza: una esperanza de paz, de justicia, de belleza, de verdad, de bondad y de fraternidad".
Educar con la cabeza, el corazón y las manos
El presidente de la comisión episcopal destacó que la grandeza del trabajo educativo radica en la capacidad de integrar armónicamente los tres lenguajes fundamentales: "el de la cabeza, para el intelecto; el del corazón, para la empatía; y el de las manos, para la acción".
Al mismo tiempo, invitó a seguir acompañando a los jóvenes, "volcanes de vida, de energía, de sentimientos y de ideas", que necesitan guía y acompañamiento para crecer en armonía y superar los obstáculos que dificultan su desarrollo.
Finalmente, monseñor González encomendó a los docentes a la Virgen María, Madre y Educadora, y concluyó con un saludo afectuoso: "¡Feliz Día del Maestro!".
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