Jueves 21 de noviembre de 2024

Episcopado: 'El pueblo argentino necesita de la caricia de María de Luján'

  • 27 de septiembre, 2024
  • Buenos Aires (AICA)
La Comisión Ejecutiva de la CEA difundió un mensaje con motivo de la 50ª Peregrinación Juvenil a pie al santuario mariano nacional, que se realizará los días 5 y 6 de octubre.
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La Comisión Ejecutiva de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA) difundió un comunicado con motivo de la 50ª Peregrinación Juvenil a pie a Luján, que se realizará los días 5 y 6 de octubre con el lema "Madre, bajo tu mirada buscamos la unidad".

Tras recordar que la imagen de la Virgen se quedó entre los argentinos en 1630, animó a preparar una fiesta en 2030, con motivo de los 400 años de su presencia junto al pueblo.

"Una imagen frágil, en medio de un pueblo tocado por diversas fragilidades, desde su nacimiento hasta el día de hoy", describió y profundizó: "Un pueblo necesitado de la caricia de María de Luján, para sanar sus heridas, para poder seguir caminando, luchando y esperando una Patria de hermanos".

"Los peregrinos llevan una oración concreta, motivada en su vida, oración que la Virgen Madre recibe en su corazón y comparte a Jesús, con el gesto de sus manitos juntas. La oración en los labios de la Virgen suena más dulce y a la vez tiene más fuerza. Esa es la verdad hermosa que nos enseñan especialmente los pobres y pequeños que confían en Dios", destacó.

La mesa ejecutiva de la CEA consideró que "la peregrinación se torna así oración de petición, intercesión y agradecimiento". 

"Queremos visitar a la Virgen de Luján, que nos da testimonio del amor preferencial de Dios a los más frágiles y pequeños de esta historia. Que ella nos enseñe a amar como Jesús" concluyó.

Texto del mensaje
El fin de semana del 5 y 6 de octubre de este año 2024 estaremos ante el acontecimiento de la 50ª Peregrinación Juvenil a pie a Luján. La primera de estas peregrinaciones se realizó el 25 de octubre de 1975, y su salida fue desde el Santuario de San Cayetano de Liniers, a las 14. El lema de la convocatoria era: "La juventud peregrina a Luján por la Patria." 

La intuición era que los jóvenes visitaran a la Virgen María, Madre de Jesús y Madre Nuestra. Ponerse en camino, encontrarse con Ella, y dejarse mirar por sus ojos llenos de ternura. Peregrinar al lugar en el cual Ella quiso quedarse. Como reza la plegaria: "Una humilde imagen de su limpia y pura Concepción se quedó milagrosamente en la Villa de Luján como signo de su maternal protección sobre tu pueblo peregrinante en la Argentina".

Es bueno hacer memoria y recordar que la Virgen se quedó entre nosotros en el año 1630. Aún antes de la creación del Virreinato del Río de la Plata, antes que existamos como pueblo argentino. La providencia de Dios siempre se adelanta, y el cariño maternal de la Virgen ya está presente en nuestro nacimiento como Nación. Estamos en camino hacia la celebración de los 400 años de su presencia entre nosotros; esperamos esa fiesta para el 2030. 

Una imagen frágil, en medio de un pueblo tocado por diversas fragilidades, desde su nacimiento hasta el día de hoy. Un pueblo necesitado de la caricia de María de Luján, para sanar sus heridas, para poder seguir caminando, luchando y esperando una Patria de hermanos. 

Los peregrinos llevan una oración concreta, motivada en su vida, oración que la Virgen Madre recibe en su corazón y comparte a Jesús, con el gesto de sus manitos juntas. La oración en los labios de la Virgen suena más dulce y a la vez tiene más fuerza. Esa es la verdad hermosa que nos enseñan especialmente los pobres y pequeños que confían en Dios. 

Los peregrinos buscan cruzar su mirada con la Madrecita de ternura: 'Ante tu Imagen nuestros corazones de hijos se abren para que lo más escondido se deje perdonar por Dios a través de tus ojos buenos'. 

La peregrinación se torna así oración de petición, intercesión y agradecimiento. Caminar a la casa de la Virgen representa una parábola de la vida misma y de otra peregrinación, que es la que va hacia dentro del corazón. Porque nuestro interior es santuario de Dios, Él habita en nosotros y en nuestros lazos de hermandad. Y esta es una buena noticia que debe ser anunciada a todos empezando por los más pobres, cuya dignidad no debe ser despreciada. 

Queremos visitar a la Virgen de Luján, que nos da testimonio del amor preferencial de Dios a los más frágiles y pequeños de esta historia. Que ella nos enseñe a amar como Jesús.+