Domingo 24 de noviembre de 2024

En Roma y Tierra Santa dan gracias a Dios por Esquiú, beato

  • 6 de septiembre, 2021
  • Roma (Italia) (AICA)
El custodio de Tierra Santa, fray Francesco Patton, en Jerusalén y fray Carlos Salto en la Iglesia Argentina en Roma presidieron misas en acción de gracias por la beatificación.
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La Custodia de Tierra Santa en Jerusalén y la Iglesia Argentina en Roma se unieron a la alegría de Piedra Blanca en Catamarca, donde el sábado 4 de septiembre se celebró la beatificación de Fray Mamerto Esquiú. 

Con una misa, en la iglesia de San Salvador en Jerusalén, presidida por el custodio Fray Francesco Patton, la Custodia de Tierra Santa dio gracias a Dios por la beatificación de Esquiú

La celebración eucarística en español, contó con la presencia del embajador y del cónsul de la República Argentina y de otras autoridades de la representación diplomática.

En este lugar, el convento de la ciudad vieja de Jerusalén, es también donde el beato se alojó del 26 de junio de 1876 al 8 de diciembre de 1877, durante su peregrinación a Tierra Santa , que comenzó para "huir" de su probable nombramiento episcopal en la diócesis de Buenos Aires, acontecimiento que es recordado en una placa en su memoria y varios registros de las misas por las intenciones de los hermanos laicos firmados por el beato, así como una figura de madera de Francesco Sella que representa el Corazón Inmaculado de María ante la que rezaba el beato, como él mismo narra en sus diarios.

"La peregrinación de Fray Mamerto a Tierra Santa nos ayuda a entender la calidad de su persona, de su vida y su vocación y nos ayudan a entender la calidad de su persona, vida y vocación del nuevo beato: un auténtico fraile menor y hombre de Dios, un predicador extraordinariamente eficaz, un hombre valioso para el bien de su patria, Argentina”, expresó fray Patton en su homilía. 

El custodio recordó que ya durante esta estadía del beato en Tierra Santa, se pone de manifiesto su don de "predicador extraordinariamente eficaz”, señaló.

“ Hoy, Fray Mamerto es proclamado beato y propuesto como modelo de vida cristiana e intercesor de toda la Iglesia”, concluyó el religioso. 

“Lo vemos como modelo de fraile menor y testigo del Evangelio, pero también de auténtico compromiso civil . Y le pedimos su intercesión para toda la Iglesia y para su patria, Argentina. Pero también para esta Tierra Santa y todos sus habitantes, para esta ciudad santa en la que dejó su corazón, y también para nosotros, los frailes de la Custodia”, finalizó fray Patton su homilía.

En Roma
La Iglesia Nacional Argentina de Roma celebró una misa -es español- en acción de gracias por la beatificación de Fray Mamerto Esquiú en la tarde del domingo 5 de septiembre, presidida por el sacerdote franciscano Carlos Salto OFM de la provincia Franciscana de la Asunción.

"La beatificación de Fray Mamerto Esquiú, es un regalo de Dios a toda la Iglesia", subrayó el franciscano en su homilía y añadió que "la santidad es el rostro más hermoso de la Iglesia que nos recuerda que esa es nuestra vocación: poder dejar resplandecer la belleza que Dios puso en nuestros corazones".

Fray Salto explicó que "los beatos, los santos, son una palabra de Dios para nuestro tiempo y por medio de la vida, del ejemplo de los santos, Dios toca nuestra historia, toca nuestra realidad", señaló.

Asimismo indicó que "los beatos son una respuesta de Dios a esas preguntas, a esos interrogantes profundos de nuestros corazones"

El padre Salto destacó algunas notas características del nuevo beato sobre las que reflexionó: 

La centralidad de Dios en la vida de Fray Mamerto destacó en primer lugar y precisó que "fue capaz de hacer tantas cosas porque era un hombre que rezaba".

Del mismo modo, dijo Fray Salto,  "su don de predicador y de hablar muy bien", eran posibles por "porque antes era capaz de escuchar muy bien", aseguró.

El franciscano recordó que el encuentro entre el nuevo beato y el santo Cura Gabriel Brochero con el que hizo ejercicios espirituales cuando ya era obispo de Córdoba y quedó impresionado de la profundidad del cura gaucho, según relata en sus memorias.

"Los santos tienen un sentido profundo de la historia, una mirada profética y de escucha, de cercanía con la gente y nos invitan hoy a tener una mirada de fe, una mirada encarnada en la realidad histórica que nos toca vivir y nos recuerdan que nuestra vocación es la santidad y a vivir la santidad en las grandes y pequeñas cosas", concluyó. +