Jueves 28 de marzo de 2024

El papa Francisco instó a los obispos a denunciar la corrupción

  • 19 de mayo, 2015
  • Ciudad del Vaticano
"La sensibilidad eclesial comporta también no ser tímidos a la hora de repudiar y derrotar una mentalidad generalizada de corrupción pública y privada que ha logrado empobrecer, sin ningún tipo de vergüenza, a familias, jubilados, trabajadores honestos, comunidades cristianas, marginando a los jóvenes, sistemáticamente privados de esperanza en su futuro y, sobre todo, dejando a un lado a los débiles y necesitados", afirmó el papa Francisco al recibir ayer, lunes 18 de mayo por la tarde, en audiencia en el Aula del Sínodo del Vaticano, a los obispos de la Conferencia Episcopal Italiana (CEI), reunidos con ocasión de su 68° Asamblea General.
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"La sensibilidad eclesial comporta también no ser tímidos a la hora de repudiar y derrotar una mentalidad generalizada de corrupción pública y privada que ha logrado empobrecer, sin ningún tipo de vergüenza, a familias, jubilados, trabajadores honestos, comunidades cristianas, marginando a los jóvenes, sistemáticamente privados de esperanza en su futuro y, sobre todo, dejando a un lado a los débiles y necesitados", afirmó el papa Francisco al recibir ayer, lunes 18 de mayo por la tarde, en audiencia en el Aula del Sínodo del Vaticano, a los obispos de la Conferencia Episcopal Italiana (CEI), reunidos con ocasión de su 68° Asamblea Plenaria.

La Asamblea de la CEI se celebra en el Vaticano desde el lunes 18 hasta el 21 de mayo sobre el tema "Verificación de la recepción de la Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium".

En su discurso de apertura de la Asamblea del episcopado italiano, Francisco instó a los pastores a producir menos documentos, escuchar más a la comunidad, y sugirió fusionar monasterios y órdenes religiosas.

Nuestra vocación cristiana y episcopal es ir contracorriente, en este momento histórico en el que a menudo estamos rodeados de noticias desalentadoras, de situaciones locales e internacionales que nos hacen experimentar aflicciones y tribulaciones.

Se nos pide "consolar, ayudar, animar, sin ninguna distinción, a todos nuestros hermanos oprimidos bajo el peso de sus cruces, acompañándolos, sin cansarse nunca de trabajar para levantarles con la fuerza que viene solo de Dios", aseguró Francisco. Del mismo modo, advirtió que es muy feo encontrar un consagrado "abatido, desmotivado o apagado: es como un pozo seco donde la gente no encuentra agua para saciarse".

A continuación, el Papa expuso a los prelados algunas de sus preguntas y reflexiones sobre el tema elegido para la Asamblea. Así, indicó que sus interrogantes y sus preocupaciones nacen de una visión global y sobre todo de los innumerables encuentros que ha tenido en estos dos años con las Conferencia Episcopales, donde "noté la importancia de lo que se puede definir como la sensibilidad eclesial: o sea, apropiarse de los mismos sentimientos de Cristo, de humildad, de compasión, de misericordia, de concreción y de sabiduría".

Una sensibilidad eclesial que, como buenos pastores, nos hace salir hacia el pueblo de Dios para defenderlo de las colonizaciones ideológicas que le quitan la identidad y la dignidad humana.

Por otro lado, el Pontífice señaló que la sensibilidad eclesial se manifiesta también en las elecciones pastorales y en la elaboración de los documentos, donde "no debe prevalecer el aspecto teórico-doctrinal abstracto" sino que "debemos perseguir el esfuerzo de traducirlos en propuestas concretas y comprensibles".

Además, el Santo Padre indicó que la sensibilidad eclesial y pastoral se concretiza también "al reforzar el papel indispensable de los laicos dispuestos a asumir las responsabilidad que les conciernen". En realidad, añadió el Papa, los laicos que tienen una formación cristiana auténtica, no deberían necesitar el obispo-piloto o del monseñor-piloto o de un estímulo clerical para asumir las propias responsabilidades a todos los niveles. Sin embargo, exclamó, ¡todos necesitan al obispo pastor!

Finalmente, "la sensibilidad eclesial se revela concretamente en la colegialidad y en la comunión entre los obispos y sus sacerdotes; en la comunión entre los obispos; entre las diócesis ricas -material y vocacionalmente- y las que están en dificultad; entre las periferias y el centro; entre las conferencias episcopales y los obispos con el sucesor de Pedro", explicó Francisco.

Haciendo referencia a la colegialidad, el Papa observó que se nota en varias partes del mundo un debilitamiento generalizado. "Falta la costumbre de verificar la recepción de programas y la actuación de proyectos", advirtió.

Finalmente planteó dos preguntas: ¿por qué se dejan envejecer tanto los Institutos religiosos, monasterios, congregaciones, hasta el punto de no ser casi testimonios evangélicos fieles al carisma fundacional? ¿Por qué no los reúnen antes de que sea tarde bajo tantos puntos de vista?

El Santo Padre se detuvo en este punto, "después de haber querido ofrecer solamente algunos ejemplos sobre la sensibilidad eclesial debilitada por el continuo debate con los enormes problemas mundiales y la crisis que no escatima ni siquiera en la misma identidad cristiana y eclesial".+