Viernes 29 de marzo de 2024

El Papa: El Espíritu de Dios en nuestro corazón ahuyenta "al espíritu del mundo"

  • 4 de septiembre, 2018
  • Ciudad del Vaticano
"Hay dos espíritus, dos formas de pensar, de sentir, de actuar: aquel que me lleva al Espíritu de Dios y aquel que me lleva al espíritu del mundo", recordó el papa Francisco durante la homilía de la misa celebrada esta mañana en la capilla de la Casa Santa Marta. El "examen de conciencia diario", dijo el Papa, ayuda a "identificar las tentaciones", a aclarar cómo actúan estas fuerzas opuestas.
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"Hay dos espíritus, dos formas de pensar, de sentir, de actuar: aquel que me lleva al Espíritu de Dios y aquel que me lleva al espíritu del mundo", recordó el papa Francisco durante la homilía de la misa celebrada esta mañana en la capilla de la Casa Santa Marta.

El Santo Padre centró su reflexión en la Primera lectura, en la que "el apóstol Pablo enseña a los corintios el camino para tener el pensamiento de Cristo", un camino marcado por el abandono al Espíritu Santo. De hecho, es el Espíritu Santo quien nos guía a "conocer a Jesús", a tener sus propios "sentimientos", a comprender el "corazón".

"El hombre dejado a sus fuerzas no comprende las cosas del Espíritu", indicó el Papa.

"Hay dos espíritus, dos formas de pensar, de sentir, de actuar: aquel que me lleva al Espíritu de Dios y aquel que me lleva al espíritu del mundo. Y esto sucede en nuestra vida: todos tenemos estos dos "espíritus", digamos así. El Espíritu de Dios, que nos conduce a las buenas obras, a la caridad, a la fraternidad, a adorar a Dios, a conocer a Jesús, a hacer muchas buenas obras de caridad, a orar: este. Y el otro, el espíritu del mundo, que nos lleva a la vanidad, el orgullo, la suficiencia, el chisme: un camino completamente diferente. Nuestro corazón -decía un santo- es como un "campo de batalla", un campo de guerra donde estos dos espíritus pelean".

"En la vida cristiana", por lo tanto, debemos luchar "para dejar espacio al Espíritu de Dios" y "para ahuyentar al espíritu del mundo". Y un "examen de conciencia" diario -sugiere el pontífice- ayuda a "identificar las tentaciones", a aclarar cómo actúan estas fuerzas opuestas.

"Es muy simple: tenemos este gran don, que es el Espíritu de Dios, pero somos frágiles, somos pecadores y también tenemos la tentación del espíritu del mundo. En esta lucha espiritual, en esta guerra del espíritu, debemos ser vencedores como Jesús".

Cada noche -concluye el Papa- el cristiano debería recapacitar sobre el día que acaba de pasar para ver si ha prevalecido la "vanidad" y el "orgullo" o si ha logrado imitar al Hijo de Dios.

"Saber que sucede en el corazón". Si no hacemos esto, si no sabemos lo que sucede en nuestros corazones -y esto no lo digo yo, lo dice la Biblia- somos como "los animales que no entienden nada", que van adelante por instinto. Pero nosotros no somos animales, somos Hijos de Dios, bautizados con el don del Espíritu Santo. Por eso es importante entender que sucedió hoy en mi corazón. El Señor nos enseñe a hacer siempre, todos los días, el examen de conciencia", concluyó Francisco.