Miércoles 13 de noviembre de 2024

El Papa agradece al pueblo mongol: 'Están en mi corazón'

  • 3 de septiembre, 2023
  • Ulán Bator (Mongolia) (AICA)
Francisco dirigió unas palabras a todo el pueblo mongol y les pidió seguir creciendo "juntos en la fraternidad, como semillas de paz en un mundo asolado por tantas guerras".
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Al concluir la misa dominical en el estadio de deporte de invierno de Ulán Bator, el Papa Francisco ofreció su más sincero agradecimiento a todos los mongoles por su cálida bienvenida y animó a la pequeña comunidad católica a “seguir adelante sin miedo”.

“He venido a esta peregrinación con gran expectativa, dijo el pontífice, con el deseo de encontrarme con ustedes y de conocerlos, y ahora agradezco a Dios por ustedes; porque, por medio de ustedes, Él se complace en realizar cosas grandes en la pequeñez”.

Francisco pidió a los fieles de Mongolia seguir adelante, “con mansedumbre y sin miedo, sintiendo la cercanía y el aliento de toda la Iglesia, y sobre todo la mirada tierna del Señor, que no se olvida de nadie y mira con amor a cada uno de sus hijos”.

El Papa, saludando a las autoridades y a los hermanos y hermanas de otras confesiones cristianas y religiones, les pidió seguir “creciendo juntos en la fraternidad, como semillas de paz en un mundo tristemente asolado por tantas guerras y conflictos”.

El “gracias” del Santo Padre está lleno de alegría: “Es un “gracias grande a ti, pueblo mongol, por el don de la amistad que recibí en estos días, por tu auténtica capacidad de valorar también los aspectos más sencillos de la vida, de custodiar con sabiduría las relaciones y las tradiciones, de cultivar la cotidianidad con cuidado y atención”.

Bayarlalaa
Por último, Francisco agradeció a los fieles de Mongolia “por su testimonio”. “Que Dios los bendiga. Están en mi corazón y permanecen en él. 

Y les recordó que “la misa es en sí misma una forma de dar gracias”, es decir, a Dios, como nos dice la palabra griega Eucharistía (acción de gracias).

Citó las poderosas palabras que el teólogo y científico jesuita francés Teilhard de Chardin escribió hace 100 años en su famosa “Misa por el mundo”, en las que expresó su oblación al Señor por sus maravillosas obras: “Recibe, oh Señor, todo esto, hostia abrazadora, que toda tu creación, movida por tu magnetismo, te ofrece en el alba de este nuevo día”. 

“Este sacerdote, a menudo incomprendido”, dijo el Papa, “había intuido que 'la Eucaristía se celebra siempre de algún modo en el altar del mundo' y es 'el centro vivo del universo, el núcleo rebosante de amor y de inagotable vida', incluso en tiempos como el nuestro, marcados por conflictos y guerras”. 

El Papa concluyó con la palabra mongol de agradecimiento: “¡Bayarlalaa!”, reiterando que el pueblo mongol permanecerá siempre en su corazón.

“¡Bayarlalaa! [¡Gracias!]. Que Dios te bendiga. Estás en mi corazón, y en mi corazón permanecerás”.+