Miércoles 30 de octubre de 2024

El Episcopado argentino, presente en el funeral solemne de Benedicto XVI

  • 5 de enero, 2023
  • Buenos Aires (AICA)
Fue a través del secretario general de la CEA, monseñor Alberto Bochatey, quien afirmó desde Roma: "Con la muerte no se acaba, sino que se transforma toda vida".
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El secretario general de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA), monseñor Alberto Germán Bochatey OSA, participó hoy del funeral y las exequias del papa emérito Benedicto XVI, que presidió el papa Francisco en el Vaticano. El obispo auxiliar de La Plata compartió, desde Roma, su testimonio a través de la Oficina de Comunicación y Prensa de la CEA. También estuvo presente el obispo de Jujuy, monseñor César Daniel Fernández, quien se encontraba ya en Roma.

“Este jueves 5 de enero, Roma amaneció especialmente triste, había una niebla muy especial, no tan habitual en la ciudad; era un día gris plomo, sin lluvia, un día muy invernal, muy triste, casi haciendo juego con las jornadas de dolor que estamos viviendo”, describió monseñor Bochatey, y agregó: “Se preparó una liturgia muy sencilla al igual que muy profunda, muy vivida”.

El prelado detalló que “participaron aproximadamente 400 obispos, más de 4.000 sacerdotes y una plaza de San Pedro llena, que superó las expectativas de los organizadores, que son expertos en estos cálculos”.

“Hubo dos representaciones oficiales de gobierno, pero muchísimos mandatarios y dignatarios de diversos países, además del cuerpo diplomático acreditado en la Ciudad del Vaticano, presentes en la misa”, añadió el obispo.

Monseñor Bochatey consideró que fue una misa exequial “muy profunda”, y precisó: “Se respiraba un clima de gran serenidad. La homilía del Santo Padre fue sencilla, breve, concisa y destacó distintos aspectos de la vida, la personalidad y la enseñanza del Papa Benedicto XVI”.

“Era un clima muy sereno, porque lo que podíamos hablar, mientras se esperaba y antes de rezar el Rosario, antes de la misa, con otros obispos y cardenales, era en un clima de serenidad en la esperanza, saber que con la muerte no se acaba, sino que se transforma toda vida”, subrayó.

“Es cierto que, con la muerte del papa Benedicto XVI, podemos pensar que muere un tipo de Iglesia, un tiempo de la Iglesia, y que con el papa Francisco amanece otro tipo de realidad; es la continuidad, es lo que se vio hoy, cuando el papa Francisco ofreció su homilía y, sobre todo, en el gesto final, antes de retirarse de la plaza el féretro del papa emérito Benedicto XVI, cuando Francisco, litúrgicamente, le dio el responso y humana, humanamente, después de quitarse las vestiduras, un saludo humano muy especial, muy cercano”, destacó puntualmente.

El secretario general de la CEA sostuvo que “ha sido un día de mucha profundidad, un día en el que todos estábamos concentrados en lo que estaba pasando. Muchos de los presentes habíamos sido nombrados obispos por el papa Benedicto XVI, por lo tanto, es muy fuerte porque te toca la vida, te la cambia radicalmente ese pedido del Papa para ejercer el ministerio episcopal”.

Finalmente, monseñor Bochatey afirmó: “Al finalizar la misa, se dio un gran aplauso, profundo, de agradecimiento, de despedida. Esas palmas que aplaudían querían abrazar al papa Benedicto XVI, querían tocarlo de alguna manera. Ese es el sonido que, como se inauguró con el funeral de Pablo VI, continúa despidiendo al Papa, y lo hace todo el pueblo de Dios con un aplauso, terminados los cantos y la parte litúrgica de la misa”.

“Ha sido una mañana intensa, donde todos estábamos convencidos de que era algo importante y que se terminaba, con esta muerte, una etapa muy peculiar de la vida de la Iglesia, en cuanto a la vocación y las determinaciones del papa emérito Benedicto XVI”, concluyó.

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