Miércoles 8 de mayo de 2024

El 25 de noviembre se reunirán el papa Francisco y el presidente ruso Putin

  • 11 de noviembre, 2013
  • Ciudad del Vaticano
El papa Francisco y el presidente de la Federación Rusa, Vladimir Putin, se reunirán el lunes 25 de noviembre, dijo el padre Federico Lombardi, director de la sala de prensa de la Santa Sede. La Santa Sede y Rusia tienen relaciones diplomáticas desde diciembre de 2009, tras el encuentro de Benedicto XVI con el presidente ruso, Dimitri Medvedev. La Unión Soviética y el Vaticano habían establecido relaciones diplomáticas en marzo de 1990, un año antes de la desintegración de la URSS y poco después de la visita de Mijail Gorbachov al Vaticano. En enero de 1992 la Santa Sede reconoció a Rusia como sucesora jurídica del país comunista y se establecieron relaciones plenas.
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El papa Francisco y el presidente de la Federación Rusa, Vladimir Putin, se reunirán alrededor de las 17 del lunes 25 de noviembre, dijo el padre Federico Lombardi, director de la sala de prensa de la Santa Sede.

Se trata del primer encuentro entre el papa Francisco y el presidente ruso y llega después de que el pasado 5 de septiembre, el Papa enviara una carta a Putin, al comienzo de la reunión del G20 en San Petersburgo. En esa ocasión, el papa renovó su llamado a las grandes potencias a encontrar vías para superar las diferentes contraposiciones y abandonen la vana pretensión de una solución militar. El santo padre invitaba a "un nuevo compromiso para hallar una solución pacífica mediante el diálogo y la negociación entre las partes interesadas con el apoyo unánime de la comunidad internacional. Por otra parte, es un deber moral de los gobiernos del mundo alentar toda iniciativa para la asistencia humanitaria a las personas que sufren a causa del conflicto dentro y fuera del país", afirmaba el santo padre.

El presidente ruso ya había sido recibido por Benedicto XVI en marzo de 2007. En aquella ocasión hablaron de las relaciones entre las Iglesias Católica y Ortodoxa y se analizaron cuestiones internacionales de actualidad en el momento, en particular la de Oriente Medio. También se prestó atención a los problemas del extremismo y la intolerancia, "que constituyen graves amenazas a la convivencia entre las naciones, subrayando la necesidad de preservar la paz y de favorecer una resolución negociada y pacífica de los conflictos".

Además, tras ser elegido Papa, el Santo Padre recibió una carta de felicitación del patriarca de la Iglesia Ortodoxa Rusa Kirill. En la misiva el líder religioso ruso mostraba su disposición para que creyentes ortodoxos y católicos unan fuerzas para defender juntos a los cristianos perseguidos en algunas partes del mundo y promover los valores tradicionales contra el laicismo.

El Papa Francisco será el tercer Pontífice con el que se encontrará el actual presidente ruso. El 13 de marzo de 2007 se reunió con Benedicto XVI y aunque no invitó al Papa a Rusia, como algunos esperaban, el encuentro pudo suponer un avance en la mejora de las relaciones con el entonces patriarca ortodoxo ruso Alejo II.

Por su parte, Juan Pablo II, ahora beato y próximamente santo, también se encontró con Putin en 2000 y 2003. Mucho antes, mantuvo una histórica reunión con el presidente de la Unión Soviética Mijaíl Gorbachov, el 1 de diciembre de 1989, pocos días después de la caída del Muro de Berlín.

La Santa Sede y Rusia tienen relaciones diplomáticas desde diciembre de 2009, tras el encuentro de Benedicto XVI con el presidente ruso, Dimitri Medvedev. La Unión Soviética y el Vaticano habían establecido relaciones diplomáticas en marzo de 1990, un año antes de la desintegración de la URSS y poco después de la visita de Mijail Gorbachov al Vaticano. En enero de 1992 la Santa Sede reconoció a Rusia como sucesora jurídica del país comunista y se establecieron relaciones plenas.

Este año, explica un comentario de la agencia Zenit, Vladimir Putin fue elegido el hombre más poderoso e influyente del mundo por la revista Forbes. El papel ejercido en la crisis diplomática y política por el uso de armas químicas en Siria y frenar un ataque occidental en este país, fue decisivo para elegirlo como el hombre más poderoso del mundo. Rusia es, además, la cuarta economía de Europa y la novena en el ámbito mundial, con un producto interior bruto de 2 billones de dólares.

Un informe de Ayuda a la Iglesia Necesitada de octubre de 2012, constata un progreso de la libertad religiosa en Rusia. El 81,3 % de los habitantes de la Federación Rusa son cristianos: de ellos son católicos el 0,6%, ortodoxos el 79,1% y protestantes el 1,6%; musulmanes, el 10,4%; agnósticos-ateos, el 7,1% y otros 1,2%.

En enero de 2011 el patriarca ortodoxo de Moscú, Kiril, manifestó su aprecio por la labor del nuncio en Rusia, monseñor Antonio Mennini, y por su colaboración para conseguir unas mejores relaciones entre la Iglesia ortodoxa rusa y la Santa Sede. Por su parte, monseñor Mennini agradeció al patriarca Kiril su apoyo en la tarea que desarrolló en esos años: "Estoy muy contento de trabajar por el bienestar de nuestras Iglesias, pero esto habría sido muy difícil sin su ayuda, su actitud cordial y su caridad cristiana", afirmó.

En marzo de 2011 el metropolita Hilarion Alfeyev, jefe del Departamento para las Relaciones Eclesiásticas Externas del Patriarcado de Moscú, subrayó la necesidad de un acuerdo entre católicos y protestantes para defender los valores cristianos comunes.

También en marzo de 2011, en su primera visita a Rusia, el cardenal Kurt Koch, presidente del Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, se reunió con el patriarca Kiril. Tras el encuentro el Patriarcado de Moscú dijo que la reunión celebrada en la residencia del patriarca, se centró en los "principios de cooperación" entre las dos Iglesias. La declaración añadía que "a pesar de las diferencias teológicas, las dos Iglesias pueden acercarse en una cooperación más estrecha en los ámbitos donde sus posturas coinciden, como la defensa de los valores cristianos tradicionales en Europa, la defensa de la posición cristiana en el terreno socio-económico, en la ética de la investigación científica y en la bioética".+