Jueves 18 de abril de 2024

Domingo de Ramos en Jerusalén: responder a la división con unidad y fe

  • 3 de abril, 2023
  • Jerusalén (Tierra Santa) (AICA)
El patriarca latino de Jerusalén llamó a la unidad, después de numerosos episodios de violencia en la ciudad en las últimas semanas, incluso contra iglesias y símbolos cristianos.
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En medio de la agitación en Tierra Santa, el patriarca latino de Jerusalén, Pierbattista Pizzaballa, exhortó a los fieles a que no se desalienten ni tengan miedo, y que contrarresten la división intentando construir la unidad, al presidir la procesión del Domingo de Ramos, este 2 de abril, en el Monte de los Olivos en Jerusalén.

El patriarca saludó a las parroquias que viajaron desde distintos puntos de Palestina e Israel para el día de celebración, oración y comunión: “Fieles, religiosos, sacerdotes, obispos, cristianos de diferentes iglesias, estamos todos unidos con alegría en el nombre de Jesús, el nombre más hermoso de todos, que nunca dejaremos de pronunciar y celebrar”, dijo.

Estar unidos en Cristo, subrayó, "nos da fuerzas renovadas" y "calienta nuestros corazones", y nos capacita "una vez más, desde Jerusalén, para llevar este anuncio de amor, libertad y vida por todo el mundo, como lo hicieron esos otros hombres" hace dos mil años".

A pesar de todo, aseguró, Jerusalén todavía es capaz de generar esta experiencia. No solo es una ciudad de conflicto, de división, de tensión política y religiosa, de posesión y exclusión, dijo; sino que también es un lugar de encuentro, de fe, de oración, de alegría, de comunión y de unidad.

Pizzaballa lamentó los numerosos incidentes de violencia en esta ciudad, en las últimas semanas, incluso contra iglesias y símbolos cristianos: “Pero no debemos temer a los que quieren dividir, a los que quieren excluir o a los que quieren apoderarse del alma de esta Ciudad Santa. “No lo lograrán, porque la Ciudad Santa siempre ha sido y siempre será una casa de oración para todos los pueblos”, expresó.

Nadie, subrayó el patriarca latino de Jerusalén, podrá poseerla en exclusiva. “Como sigo repitiendo, pertenecemos a esta ciudad y nadie nos puede separar de nuestro amor por ella, así como nadie nos puede separar del amor de Cristo”.

“A quien quiera dividir, responderemos con el deseo de construir la unidad. A quien exprese odio y desprecio, le responderemos con la fuerza sanadora del amor. A quienes deseen excluir, les responderemos buscando el encuentro y serán ellos también bienvenidos”, señaló.

Nunca me rendiré
“Nunca renunciaremos a nuestro amor por lo que representa esta Ciudad: es el lugar de la Muerte y Resurrección de Cristo, el lugar de la reconciliación, de un amor que salva y supera las fronteras del dolor y de la muerte”.

Y añadió: “Como Iglesia de Jerusalén, esta es también nuestra misión, construir, unir, derribar barreras, esperar contra toda esperanza, dar testimonio con serena confianza de un modo de vida libre de las cadenas de cualquier forma de miedo". Por eso, en nuestro corazón, afirmó, no hay lugar para el odio y el rencor.

"No queremos odiar ni despreciar. El amor de Cristo que nos ha conquistado -recordó- es más fuerte que cualquier experiencia contraria. Y esta es y sigue siendo nuestra fuerza; este es y será siempre, a pesar de nuestras muchas limitaciones, nuestro testimonio".

“No nos desanimemos. No perdamos la esperanza. ¡Y no tengamos miedo, sino miremos hacia arriba con confianza y renovemos una vez más nuestro compromiso sincero y concreto por la paz y la unidad, con firme confianza en el poder del amor de Cristo!”.

El amor de Dios por nosotros
La Cruz de Cristo es "la medida del amor de Dios por nosotros", señaló, diciendo que detrás de ella llevaremos nuestros trabajos, dolores y soledades, pero también nuestro deseo de experimentar una vez más el amor de Cristo.

“Que esa Cruz nos acompañe siempre, nos consuele en todas nuestras tribulaciones, ilumine nuestros caminos y nos abra al encuentro con el Resucitado”. El patriarca Pizzaballa concluyó deseando una "¡Feliz Semana Santa a todos!"+