Desde el Episcopado invitan a renovar la oración para que se acabe el horror de las armas
- 10 de octubre, 2023
- Buenos Aires (AICA)
La Comisión Episcopal de Ecumenismo, Relaciones con el judaísmo, el Islam, y las religiones pide orar por la paz y por el diálogo en Tierra Santa y todo lugar donde se sufre "el flagelo de la guerra".
Tierra Santa, lugar de tres religiones
La Comisión Episcopal de Ecumenismo, Relaciones con el judaísmo, el Islam, y las religiones (Ceerjir) se manifestó dolida porque “el terror y la muerte enlutaran nuevamente a los pueblos que viven en Tierra Santa” y expresó su cercanía a todos los afectados.
La comisión de la Conferencia Episcopal Argentina invitó a las comunidades eclesiales, a todos los creyentes y a las personas de buena voluntad, a “renovar la oración para que se acabe el horror de las armas y prevalezca el diálogo en Israel y Palestina, y en todos los rincones de la tierra que sufren el flagelo de la guerra”.
Firman el texto el presidente del Ceerjir, monseñor Pedro Torres y el secretario ejecutivo, presbítero Carlos White.
Texto del pedido de oración
Una vez más las circunstancias históricas nos urgen a reafirmar nuestra opción por la vida y la paz construida fatigosamente de modo artesanal desde la convicción que “la guerra es la negación de todos los derechos y una dramática agresión al ambiente. Que si se quiere un verdadero desarrollo humano integral para todos, se debe continuar incansablemente con la tarea de evitar la guerra entre las naciones y los pueblos.” Cfr. Fratelli tutti 257
Nos ha dolido profundamente que el terror y la muerte enlutaran nuevamente a los pueblos que viven en Tierra Santa y expresamos nuestra cercanía a todos los afectados.
Invitamos a las comunidades eclesiales, a todos los creyentes, a las personas de buena voluntad, a renovar nuestra oración para que se acabe el horror de las armas y prevalezca el dialogo en Israel y Palestina, y en todos los rincones de la tierra que sufren el flagelo de la guerra.
Volvamos a la contemplación del misterio de Aquél que «es nuestra paz: el que de los dos pueblos hizo uno, derribando el muro que los separaba, la enemistad» (Ef 2, 14). Y pidiendo la paz de la mano de Maria sintámonos implicados en un compromiso concreto de servir a la paz.
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