Conferencia sobre 'Jacinto Vera, un santo rioplatense'

El obispo emérito de Canelones (Uruguay), Mons. Dr. Alberto Sanguinetti Montero, expondrá acerca del beato en el Jockey Club de Buenos Aires y celebrará misa en la iglesia de Santa Catalina.

El beato Jacinto Vera (1813-1881) es una figura de gran trascendencia en la historia del Uruguay y de la Iglesia en ese país. Por sus continuos viajes misioneros por todo el territorio uruguayo, y por su entrega y cercanía, se puede afirmar que fue la persona más conocida y querida en el Uruguay de la segunda mitad del siglo XIX.

Este miércoles 20 de noviembre, el obispo emérito de Canelones, monseñor Dr. Alberto Sanguinetti Montero, redactor de la positio sobre el beato, expondrá sobre la vida de quien fuera vicario apostólico y obispo de Montevideo en el Jockey Club de Buenos Aires (Cerrito 1446 - Salón Anasagasti).

En la conferencia, ubicará primero a Don Jacinto en el tiempo y en el espacio. Luego, describirá los principales rasgos de la personalidad y los acentos de santidad de Jacinto Vera. "Hombre de origen campesino, de trato llano y cercano, de una pobreza total, con una generosidad sin límites. Entregado a su ministerio, misionó incansablemente en todo el país. Su santidad fue reconocida en vida por el pueblo y por muchos obispos, incluido Pío IX", detalla anticipadamente el prelado.

"Inteligente y estudioso, tuvo que asumir funciones de gobierno, con gran discernimiento y decisión, en una Iglesia local que necesitaba reforma e institucionalidad, hasta llegar a formar la diócesis de Montevideo, por lo que con justicia se lo reconoce como Padre de la Iglesia en el Uruguay", añade.

Se desarrollará también, particularmente, su relación con la Argentina y especialmente con Buenos Aires, donde estudió con los padres jesuitas (1836-1841), siendo compañero de otros futuros sacerdotes y hombres públicos. Recién ordenado, celebró su primera misa en la iglesia porteña de Santa Catalina (San Martín y Viamonte).

En ese mismo templo, precisamente, monseñor Sanguinetti Montero celebrará una misa el 21 de noviembre a las 13, luego de la cual realizará también una semblanza del beato, el cual fue muy apreciado por el clero (en particular por monseñor Mariano de Escalada y por fray Mamerto Esquiú), y por la sociedad porteña y argentina en general. A Buenos Aires -ciudad que visitó en múltiples ocasiones- volvió exiliado (en 1862 y hasta 1863), envuelto en unas tratativas del gobierno del presidente Berro con el nuncio en el Uruguay, de las que participó el gobierno de Mitre.+