Colombia: un obispo exhorta a grupos guerrilleros a acabar con la violencia
- 24 de enero, 2025
- Bogotá (Colombia) (AICA)
En el Catatumbo, los enfrentamientos entre grupos guerrilleros ya dejaron más de 80 muertos, 11.000 desplazados y más de 1.500 refugiados en Venezuela. Los religiosos del país se suman al pedido.
El obispo de Tibú (Colombia), monseñor Israel Bravo, llamó a quienes generan la violencia armada "a que entren en razón, dándose cuenta de que eso de matarnos no es el camino y que derramar más sangre en un territorio que siempre fue manchado por la sangre de hombres y mujeres inocentes, no es el camino. Como dice el libro del Génesis, 'la sangre del hermano grita al cielo': entendamos -suplicó- que ese no es el camino".
En el Catatumbo -ubicado al noreste de Colombia, en una zona fronteriza con Venezuela-, se están desarrollando enfrentamientos entre grupos guerrilleros, totalmente al margen de la ley, que ya han dejado más de 80 muertos y 11.000 personas desplazadas.
Monseñor Bravo explicó que el origen del actual enfrentamiento se debe "a las diferencias entre las dos fuerzas revolucionarias que están en la zona y los grupos al margen de la ley que tienen diferencias de planteamiento de sus realidades, y que están en guerra con el Estado colombiano".
Al mismo tiempo, el obispo de Tibú señaló que "el problema de la pasta de coca que producen y el dominio del territorio, están generando la confusión y la situación a la que hemos llegado. Hubo un detonante, que fue la muerte de una familia, el esposo, la esposa y un bebé de 8 meses", recordó.
Desplazamientos migratorios
La diócesis de Tibú dispuso algunos lugares del seminario y el "Centro Papa Francisco" -creado hace algunos años para atender a los migrantes venezolanos-, para albergar a los desplazados de las diversas veredas que huyen de la violencia armada. Algunos migrantes colombianos también se están refugiando en comunidades venezolanas.
El obispo estima que las graves consecuencias de estos enfrentamientos son "niños, familias desesperadas, gente saliendo del territorio, un desplazamiento masivo hacia la ciudad de Cúcuta; y pérdidas millonarias también, porque todo eso está dejando fincas abandonadas con especies mayores y menores de ganado, en fin, con casas que ya nadie va a cuidar, y empieza a darse un clima de desolación, de mucho miedo".
Monseñor Bravo destacó, además, que este tiempo de Jubileo para la Iglesia católica los ayuda a mantener la esperanza en un futuro mejor para los territorios del Catatumbo: "Aquí estamos, como peregrinos de la esperanza al encuentro de Jesucristo, con las víctimas de la violencia, con las víctimas de los conflictos armados".
"Respeten la vida y detengan la masacre", exhortan los religiosos
"Lo que está pasando constituye una flagrante violación al Derecho Internacional Humanitario", denunció en un comunicado la Conferencia de Religiosos de Colombia.
Los religiosos señalan que los grupos guerrilleros están atacando directamente a la población civil, generando desplazamientos forzados, asesinatos a líderes sociales firmantes de paz y enfrentamientos en zona poblada.
Campesinos, indígenas y afrodescendientes se están llevando la peor parte del conflicto, no sólo en el Catatumbo, sino en diversos puntos de Colombia. La violencia dejó "una estela de dolor, miedo y desesperanza en las comunidades".
Secuelas del desplazamiento forzado
Fieles al mandato de Jesús, los religiosos claman que "se respete la vida". Cada acto criminal atenta contra "la dignidad, la paz y la vida de las comunidades rurales y pueblo,s quienes son el pilar de la producción alimentaria y la conservación de nuestros territorios".
Al mismo tiempo, se solidarizaron con las familias afectadas y "obligadas a abandonar sus tierras, sueños y medios de subsistencia, debido a las amenazas y ataques de actores armados".
Han indicado también que el desplazamiento forzado "no solo desgarra el tejido social de las comunidades, sino que perpetúa ciclos de pobreza y exclusión", toda vez que piden al gobierno, en todos los niveles, que "proteja la vida".
Consideran, asimismo, prioritario fortalecer la presencia del Estado en zonas rurales y pueblos para promover la justicia, el acceso a la tierra, el desarrollo integral efectivo y afectivo, y la paz total, "con acciones reales, que promuevan la vida digna".
Un país para todos
Es urgente -prosiguen los religiosos- combatir a los grupos armados ilegales, con estrategias que prioricen los derechos humanos y la prevención de la violencia y, en especial, dar seguimiento a los acuerdos de paz pactados.
"No sean cobardes", reclamaron a los guerrilleros del ELN y las disidencias de las FARC, que han usado como escudos humanos a miembros de la población inocentes. Han pedido reflexionar sobre su modo de actuar, que afecta a las comunidades más empobrecidas, ya que ellas "ponen los muertos".
Asimismo, invitaron a los colombianos a rechazar "estos crímenes y a trabajar colectivamente por una sociedad donde quepamos todas y todos".+