Celebrarán sus 50 años los Cursillos de Cristiandad de Buenos Aires

El Movimiento de Cursillos de Cristiandad de la arquidiócesis de Buenos Aires celebrará con una misa y una Ultreya su 50 aniversario. La Eucaristía de acción de gracias tendrá lugar el domingo 4 de diciembre a las 17 en la parroquia San Carlos Borromeo (basílica de María Auxiliadora), ubicada en Hipólito Yrigoyen 3999 (y Quintino Bocayuva). Posteriormente en el Colegio Pío IX (Yapeyú 197) se efectuará la Ultreya del 50° aniversario.

El Movimiento de Cursillos de Cristiandad de la arquidiócesis de Buenos Aires, celebrará con una misa y una Ultreya su 50 aniversario. La Eucaristía de acción de gracias tendrá lugar el domingo 4 de diciembre a las 17 en la parroquia San Carlos Borromeo (basílica de María Auxiliadora), ubicada en Hipólito Yrigoyen 3999 (y Quintino Bocayuva). Posteriormente en el Colegio Pío IX (Yapeyú 197) se efectuará la Ultreya del 50° aniversario.

Con motivo del aniversario, el Movimiento de Cursillos de Cristiandad porteño recibió, además de una bendición del papa Francisco, numerosos saludos fraternos de centenares de sacerdotes y laicos de Buenos Aires, del interior del país y del exterior. Entre ellos una conceptuosa carta del arzobispo de Buenos Aires y primado de la Argentina, cardenal Mario Aurelio Poli, y un especial saludo de monseñor Fernando Carlos Maletti, obispo de Merlo-Moreno.

"Trataremos de que sea una jornada de reencuentros en un clima de fraterna alegría", declaró a AICA el presidente del secretariado del Movimiento en Buenos Aires, Juan Alberto Palópoli.

"En la Ultreya que habrá después de la misa -agregó Palópoli- escucharemos el testimonio de varios hermanos que efectuaron el Cursillo en estos 50 años en la arquidiócesis de Buenos Aires. El primer testimonio será el de Juan Carlos Arias, que hizo el Cursillo 0 y tiene mucho para contar acerca de la historia del movimiento".

Carta del cardenal Bergoglio
Con motivo de la actual celebración, se recuerda que en ocasión de cumplir 45 años, el movimiento recibió, el 13 de junio de 2011, una carta del entonces arzobispo de Buenos Aires, cardenal Jorge Mario Bergoglio SJ, en la que el futuro Papa alentaba la obra y contribución a la Iglesia del Movimiento de los Cursillos de Cristiandad, y recordaba a los cursillistas que su servicio es "anunciar a Cristo siendo sus testigos en los ambientes cotidianos, es vivenciar, renovar en forma concreta el Bautismo que en El hemos recibido y los convierte en discípulos y misioneros de la Palabra".

"Les escribo -decía el hoy papa Francisco- conciente de las dificultades que presenta la inculturación del Evangelio en la sociedad actual y en la confianza de que vuestra audacia y fervor apostólico, nacidos del encuentro personal consigo mismo y con Cristo los lleve a hacer historia, en función del bien, para que muchos hermanos, excluidos o no, que viven en la periferia se sientan abrazados por el amor de Jesús".

"Ser peregrinos en nuestra Ciudad -escribía el cardenal Bergoglio a los "queridos cursillistas"- significa no instalarnos, estar abiertos a la vida y prestar atención a lo que pasa en nuestro corazón como un buen samaritano ante la realidad difícil de tantos hermanos", e insistía en que es "necesario que el Movimiento de Cursillos de Cristiandad a través de la participación de todos, continúe su camino de conversión pastoral como nos propone Aparecida".

Tras señalar que "como Iglesia Arquidiocesana necesitamos la unidad de todos en Cristo, para que Él, sólo Él reine en nuestros corazones y poder así reconocerlo como los discípulos en Emaús", recordó que "al darte gracias por tu peregrinar como cursillista te pido que no dejes de renovar en Jesús Eucaristía tu ardor y fervor apostólico y el de tus hermanos de Reunión de Grupo", porque hoy más que nunca necesitamos de "tu cercanía en los ambientes para que sea luz y alegría de tantos hermanos que ignoran que Dios es un Padre que los ama con ternura"; de "tu presencia para que muchas familias encuentren en el amor trascendente de Cristo, una nueva y más grande dimensión del amor humano", y de "tu persona y tu testimonio en las Ultreyas, para seguir ´adelante´, más allá, en el anuncio y vivencia del Kerigma".

Breve historia
El origen de los cursillos de cristiandad en la arquidiócesis de Buenos Aires está asociado a Arturo S. Politi, quien trabajando en el consulado argentino en Miami, Estados Unidos, en junio de 1964 participó en el Cursillo N° 14 de esa ciudad, en el que descubrió un cristianismo renovado y a un Cristo por el cual "valía la pena vivir y morir". Politi quedó entusiasmado y ansioso por ver la obra de Cursillos en Buenos Aires para que muchos pudieran vivir lo que él había vivido con intensidad.

Fue el capellán mayor de la Fuerza Aérea presbítero Ovidio Trípodi, quien contagiado por el entusiasmo de Politi, plantó la primera semilla de los cursillos de cristiandad en Buenos Aires. En el resto del país el movimiento de cursillos estaba activo en las provincias de Tucumán y Córdoba, donde había llegado de la mano de los Operarios Diocesanos.

El 16 de febrero de 1966 el cardenal Caggiano designó al padre Carlos Zelarayán asesor espiritual del Movimiento y de esta manera comenzó oficialmente el Movimiento de Cursillos de Cristiandad en la arquidiócesis de Buenos Aires.

En ese años 1966 se realizaron en la arquidiócesis porteña 10 Cursillos de Cristiandad, 7 de hombres y 3 de mujeres y en estos 50 años son varios miles los hombres y las mujeres que vivieron la experiencia espiritual de los Cursillos de Cristiandad.

El Secretariado actual está integrado por Juan Alberto Palópoli como presidente (celular: 15.4422-1769); el presbítero José María Casadevall, asesor espiritual; viceasesores los presbíteros Horacio Ortiz, Leonardo Zampa SCJ, y Fernando Jamschon; vocales: Armando García, Alberto Gónzalez y Marita Ibáñez; consultora, Isabel Maza.

Informes: Facebook: Cursillos de Cristiandad Buenos Aires; Correo electrónico: cursillosbsas@gmail.com ; Casa del Secretariado: Hidalgo 1784, Buenos Aires.+