Jueves 28 de marzo de 2024

A sus 81 años, Mons. Melani emprende un nuevo camino como misionero en Perú

  • 12 de septiembre, 2019
  • Neuquén (AICA)
Partirá hacia el Perú en el marco de la Expedición Misionera Salesiana Nº150, de la que participará como misionero Ad Vitam
Doná a AICA.org

El obispo emérito de Neuquén, monseñor Marcelo Melani SDB, se despidió de la Patagonia argentina para emprender un nuevo camino. A sus 81 años, partirá hacia el Perú en el marco de la Expedición Misionera Salesiana Nº150, de la que participará como misionero Ad Vitam.

El obispo es enviado como presencia salesiana amazónica, en vísperas del Sínodo Extraordinario para la Amazonía convocado por el papa Francisco. Siguiendo su lema episcopal "No para ser servido, sino para servir", asume este nuevo llamado "maravillado" al pensar que Dios tenga un proyecto nuevo para él en este momento de su vida, reconoció en diálogo con AICA.

Si bien su partida está programada para el 12 de septiembre, llegará al Perú en diciembre, ya que antes participará en Roma de un curso de misionología. En cuanto a su estadía, admitió que no sabe si permanecerá todos los años que le quedan, pero espera poder estar allí "mientras pueda ser útil".

Consultado sobre sus expectativas en este nuevo destino, aseguró: "La única expectativa que tengo es poder servir a los hombres y a Dios". Por eso, explicó, "no me preocupa saber qué actividad tendré. Ciertamente podré confesar, escuchar y aconsejar", anticipó.

Ser misionero Ad Vitam (significa entrega de por vida), no es para él una distinción: "Desde hace 48 años estoy como misionero en la Patagonia. Ahora siento que se ha renovado en mi ese llamado: «Deja tu tierra», porque la Patagonia es mi tierra", aclaró el prelado nacido en Florencia, Italia.

En cuanto a la convocatoria, reconoció: "Me maravilló sentir en mí de nuevo con fuerza ese llamado y me asombró pensar que Dios tenga un proyecto nuevo para un viejo de 81 años", aunque para dar su respuesta "el camino fue largo: hubo mucha oración, búsqueda de discernimiento con la ayuda de mis hermanos, el ofrecimiento al Superior General de los Salesianos", etapas que culminaron con un sí.


Miembro de la Sociedad Salesiana de Don Bosco, el obispo reconoció aspectos del carisma presentes en este camino que se abre: "El carisma de los Salesianos es por sí mismo misionero. Don Bosco buscaba a los misioneros donde ellos estaban, no esperaba a que vinieran. Cuando la Congregación tenía pocos miembros, envió a los mejores a América", recordó.

Tal como lo hicieron sus predecesores, su ministerio episcopal al frente de la diócesis de Neuquén se caracterizó por un fuerte compromiso social y en la lucha por el respeto a los Derechos Humanos. En ese sentido, integró la comisión de Pastoral Aborigen, y actualmente la de Migrantes e Itinerantes. Consultado sobre los puntos en común entre su recorrido como pastor y su nuevo destino, consideró: "Creo que voy a encontrar muchos puntos comunes: minería a cielo abierto, derrames de petróleo, luchas para la tenencia de la tierra, corrupción", son algunos de los temas que aquejan a la población peruana en la región donde ejercerá su tarea misionera, "pero también me encontraré con hermanos y hermanas que aman al Señor y que trabajan por el Reino de Dios", aseguró.

Durante un homenaje a Don Jaime de Nevares, primer obispo de Neuquén, monseñor Melani afirmó que "uno no puede ser misionero si no está totalmente enamorado de Cristo". Hoy Cristo lo convoca una vez más, a sus 81 años, con un mensaje claro. "Creo que el Señor me continúa diciendo «No temas...yo estoy al lado tuyo». Un poco lo decía San Pablo:«Yo corro hacia el Señor» y Él corre junto a mí", sostuvo.

Finalmente, el obispo emérito envió un mensaje a la comunidad: "La vida cristiana es una vida misionera, no tengamos miedo a recorrerla. Con Jesús todo es posible", y dirigiéndose especialmente a quienes sienten el llamado misionero, animó: "No se olviden de rezar, participar de los sacramentos, busquen a alguien que los ayude a discernir la llamada del Señor, y prepárense a no buscar muchas comodidades".

Dueño de un testimonio de vida entregada a Cristo, y bajo el amparo de San Juan Bosco, el beato Ceferino Namuncurá, el Santo Cura Brochero y muchos salesianos "que han donado su vida para anunciar el amor del Señor", monseñor Melani se despide de la Patagonia y emprende la aventura misionera.

Monseñor Marcelo Angiolo Melani SDB nació en Florencia, Italia, el 15 de septiembre de 1938; ordenado sacerdote en Turín, Italia, en la Sociedad Salesiana de Don Bosco el 21 de marzo de 1970 por el cardenal Michele Pellegrino, arzobispo de Turín; elegido obispo coadjutor de Viedma el 22 de julio de 1993 por Juan Pablo II; ordenado obispo en Viedma, Río Negro, el 18 de septiembre de 1993 por Mons. Miguel Esteban Hesayne, obispo de Viedma (co-consagrantes, Mons. Agustín Radrizzani SDB, obispo de Neuquén y Mons. Jorge Mayer, arzobispo emérito de Bahía Blanca); fue obispo de Viedma por sucesión desde el 28 junio de 1995; trasladado como obispo de Neuquén el 9 de enero de 2002; tomó posesión e inició su ministerio pastoral como tercer obispo de Neuquén el 6 de abril de 2002. Renunció el 8 de noviembre de 2011. En la Conferencia Episcopal es miembro de la Comisión de Pastoral Aborigen. Es Licenciado en Teología Dogmática. Lema episcopal: «No para ser servido, sino para servir».+