Así lo aseguró Mons. Domingo Castagna en diálogo con AICA. Bajo su gestión pastoral en la diócesis, ente 1984 y 1994, nació la devoción a la Virgen del Rosario y se comenzó a construir el templo.
El arzobispo emérito de Corrientes dijo que el Espíritu Santo "crea, conserva y repara a la persona humana, desde lo más profundo de su ser, desgarrado por el pecado y el error".
"La labor pastoral de la Iglesia se encuentra con el desafío de presentar, a todos, la Palabra de Dios, para un ejercicio recto de la libertad", resaltó.
"Nuestra relación con el Señor nos habilita para enfrentar con valor cada circunstancia adversa", señaló el arzobispo emérito de Corrientes en su sugerencia para la homilía.