Los obispos de Haití condenaron el "cobarde asesinato" de las dos religiosas por miembros de bandas armadas en Mirebalais.
Las hermanas Evanette Onezaire y Jeanne Voltaire, de la Congregación de las Hermanitas de Santa Teresita del Niño Jesús, estaban en la ciudad de Mirebalais como misioneras.