En su reflexión para el segundo domingo de Cuaresma, el obispo emérito de San Isidro animó a "contemplar la gloria del rostro de Jesús, que es el final del itinerario Pascual".
En el texto difundido por la Oficina de Prensa de la Santa Sede, el Pontífice aseguró que, "aún en la enfermedad, nada puede impedir amar y rezar, donarnos, ser los unos para los otros en la fe".