La misa fue presidida por el arzobispo de Buenos Aires, Mons. Jorge García Cuerva, quien invocó la protección y sostenimiento de la Madre de Dios bajo esa advocación.
La transmitió el capellán para los migrantes de ese país y, junto a Mons. García Cuerva, propuso orar por Venezuela y "abrazar" a cada hermano de esa nacionalidad en suelo porteño.