El arzobispo emérito de Corrientes recordó que "el mandato misionero, formulado por Jesús el día de la Ascensión, supone la confirmación de su presencia en la vida y actividad de sus discípulos".
"Nuestra vida cristiana debe prolongar el llamado a la conversión, que Cristo, por su 'como sacramento', sigue formulando para que el mundo crea y se salve", afirmó el arzobispo emérito de Corrientes.
"La realización de la verdad en el amor es el cometido final de toda actividad humana, o no es humana", recordó el arzobispo emérito de Corrientes en su sugerencia para la homilía.
"Dura pero realista aseveración, inspirada en siglos de experiencia. Un puñado de santos transforma al mundo, una multitud de inútiles lo lleva a la ruina", afirmó el arzobispo emérito de Corrientes.