En la Semana de oración por la unidad de los cristianos, el primado latino reflexionó sobre los conflictos que desgastan y la esperanza.
El papa Francisco clausuró la Semana de oración por la unidad de los cristianos que se celebró del 18 al 25 de enero con una misa en la basílica de San Pablo Extramuros.
"¡Cuántas veces el orgullo ha sido el verdadero obstáculo para la comunión!", dijo el Pap al presidir las Segundas Vísperas de la solemnidad de la conversión del apóstol San Pablo.
Del 21 al 29 de enero los cristianos de Jerusalén se unieron en una oración común, mostrando su deseo de reunirse en torno a Cristo. Cada día de esa semana, una de las iglesias de la Ciudad Santa acogió a los fieles y a los representantes de cada confesión y cada rito. Este año se puso en el corazón de la semana la urgencia de la reconciliación, bajo el lema: "Reconciliémonos: el amor de Cristo nos urge" (2 Cor 5: 14-20).