El evangelio de hoy es un evangelio breve pero muy contundente.
Juan, el apóstol joven, seguramente con su ímpetu y amor por Jesús, quiere, de buena fe, defender al Maestro, defender a su grupo, defender a la comunidad de discípulos del Señor que lo vienen siguiendo hace tiempo, pero que parece que aún no lo conocen.
Quizás los discípulos tienen miedo a la competencia. Quizás están celosos de que otros hagan milagros, o tal vez, desconfían de los distintos, de los que no conocen; y por eso dice: “Tratamos de impedírselo porque no son de los nuestros
No es de los nuestros expresa división, expresa categoría de amigos y enemigos, de nosotros y ellos, de quien está adentro y quienes están afuera, de los parecidos y los distintos, de buenos y malos.
Todas clasificaciones que dividen, que fragmentan. No son de los nuestros...
Vivimos tiempos de intolerancia, de quiebre social, donde rechazamos a los que no son como nosotros, a los que no son de nuestro barrio, a los que son de nuestra nacionalidad, a los que no son de nuestra Iglesia, a los que no son de nuestro partido político o ideología, o de nuestro equipo de futbol, o nuestro movimiento eclesial, y así podríamos seguir infinitamente. Todas etiquetas, todos cartelitos, que generan mayor profundidad en la grieta a la que ya saben prefiero llamar herida.
Hoy es contracultural proponer el encuentro, apostar a la fraternidad, animarnos a mirarnos a los ojos, y desde nuestras heridas y sueños, redescubrirnos hermanos.
Enrique Shaw, de quien hoy recordamos su natalicio, con su testimonio de vida, nos muestra que las enseñanzas del evangelio y las virtudes cristianas son posibles de vivir y concretar en la vida cotidiana.
Los trabajadores eran su familia en el ámbito laboral. Tenía en cuenta sus necesidades, su idiosincrasia, su realidad personal, familiar y social. No usó la expresión “no son de los nuestros”; porque seguramente en cada trabajador veía al mismo Jesús. Siempre comprometido en tender puentes, es forjar la que hoy llamamos cultura del encuentro de la que tanto nos ha hablado en estos años el Papa Francisco.
En su tiempo Enrique se animó a vivir el Evangelio a fondo, sin excusas, sin bemoles, sin medias tintas, impregnando de Jesús todos los ambientes.
Hoy nos toca a nosotros.
Podemos para ello, tomar dos breves textos iluminadores, uno del Papa Francisco y otro del mismo Shaw que pueden ser claves, para ser hoy nosotros forjadores de fraternidad, cultivadores de la paz entre nosotros, que destierran de su mente y corazón el “no son de los nuestros”...
Al iniciar el año, Francisco, nos decía en el mensaje por la jornada mundial de la paz: Que el 2025 sea un año en el que crezca la paz. Esa paz real y duradera, que no se detiene en las objeciones de los contratos o en las mesas de compromisos humanos. Busquemos la verdadera paz, que es dada por Dios a un corazón desarmado: un corazón que no se empecina en calcular lo que es mío y lo que es tuyo; un corazón que disipa el egoísmo en la prontitud de ir al encuentro de los demás; un corazón que no duda en reconocerse deudor respecto a Dios y por eso está dispuesto a perdonar las deudas que oprimen al prójimo; un corazón que supera el desaliento por el futuro con la esperanza de que toda persona es un bien para este mundo.[1].
Y Enrique Shaw en 1962, escribía: ¡Comprender! Si sólo procuráramos comprender a los demás, ¡cuánto mejor sería nuestro país! Para que ello sea así no es necesario ninguna ley, ningún decreto, no hace falta esperar tal o cual medida económica. Procuremos, pues, comprender a quienes la Divina Providencia nos ha puesto en contacto, no sólo en sus realidades objetivas, sino también en las subjetivas, prejuicios, etc, y habremos cumplido bien con Dios y la Patria.[2].
Dos textos sencillos y profundos que como faros pueden animarnos en la esperanza de superar las tormentas de la división, de la descalificación, de la intolerancia, de la violencia verbal, y animarnos a decir, ¡Sí, son de losnuestros!, porque todos somos de Cristo, porque Él entregó la vida por todos.
Mons. Jorge Ignacio García Cuerva, arzobispo de Buenos Aires
Notas:
[1] Francisco, Mensaje para la LVIII Jornada mundial de la Paz, Ciudad del Vaticano enero 2025
[2] Shaw, Enrique, Comprender, en BoletinConcordia, año XXIX, enero-mayo 1962