Queridos jóvenes:
Les escribo este mensaje para compartir con ustedes algunas novedades del camino de la Pastoral de Juventud, fruto del diálogo que he tenido en este tiempo con los referentes del equipo diocesano: el Padre Felipe Porta, delegado episcopal, el Padre Sebastián Zagari, asesor, y Melina Álvarez y Florencia González, coordinadoras del servicio.
En primer lugar, les comparto que el Padre Felipe Porta me ha pedido, por motivos personales, apartarse durante algún tiempo de este servicio, a lo que he accedido. Mientras tanto, el Padre Sebastián Zagari, que en marzo de este año se había integrado como asesor, seguirá acompañando el caminar del equipo.
En segundo lugar, hemos considerado conveniente, en vistas del proceso de transición del equipo coordinador, actualmente en curso, y más en general, teniendo presentes los desafíos de la pastoral de juventud, posponer hasta el próximo año la Asamblea Juvenil Diocesana, inicialmente prevista para el próximo 29 de septiembre. De este modo, esperamos favorecer también un mejor proceso de participación y escucha de las voces de todas las realidades juveniles presentes en nuestra Iglesia diocesana.
Al compartirles estas novedades, quisiera invitarlos a vivir con compromiso y generosidad este tiempo de transición del equipo, así como la preparación de la próxima Misión Juvenil Diocesana. Sobre todo, quisiera animarlos a tener en cuenta, en el servicio de la pastoral de juventud, los tres acentos que indiqué a toda la Diócesis en las orientaciones pastorales del año pasado*: somos la Iglesia del Evangelio, una Iglesia llamada a la cercanía misericordiosa con los que sufren, una Iglesia llamada a caminar sinodalmente. En este sentido, vuelvo a subrayar una prioridad para este trienio: ponerse al servicio de la tarea de revitalizar y fortalecer las comunidades parroquiales; y, con este fin, les encomiendo una vez más la tarea de elaborar de un plan de formación para animadoras y animadores, de modo que podamos preparar jóvenes para el anuncio y el testimonio del Evangelio entre las y los jóvenes de Avellaneda-Lanús.
Soy consciente de que este objetivo requiere, como tantas veces el Papa Francisco nos recuerda a todos, una verdadera conversión pastoral, que implica también un renovado énfasis en los procesos por sobre los eventos. Tengo plena confianza en la capacidad y la vitalidad que el equipo diocesano de Pastoral de Juventud siempre ha demostrado, y estoy convencido de que, como dice Francisco, “los mismos jóvenes son agentes de la pastoral juvenil, acompañados y guiados, pero libres para encontrar caminos siempre nuevos con creatividad y audacia” (Christus Vivit, 202).
Cuenten conmigo para seguir caminando juntos.
Reciban mi saludo fraterno y mi bendición.
Padre obispo Maxi Margni, obispo de Avellaneda-Lanús
Avellaneda, 23 de agosto de 2024