Miércoles 18 de septiembre de 2024

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"Busquen primero el Reino y su justicia"

Homilía de monseñor Dante Braida, obispo de La Rioja, en la misa por la memoria del beato Wenceslao Pedernera y compañeros mártires (Siñogasta, 27 de julio de 2024)

Mt 6,25-34

Querida comunidad diocesana:

El beato mártir Wenceslao nos convoca hoy para acercarnos más a su vida y testimonio. También para que nos confiemos en su intercesión.

Cada uno hemos venido atraídos por él y atraídos por Aquél en quien confió totalmente: Jesucristo.

El pasado año estrenábamos su designación como Patrono de los animadores bíblicos de la pastoral

Wenceslao fue elegido por encarnar la Palabra de Dios en su vida, vivir de ella y buscar compartirla con los demás, para que ilumine el emprendimiento cooperativo que habían iniciado con vecinos de la zona.

No es alguien que ha estudiado la Biblia como un estudioso, sino que la ha leído buscado llevar a la práctica.

Podemos preguntarnos cómo habrán resonado en él estas palabras del evangelio que acabamos de escuchar: “No se inquieten, diciendo: «¿Qué comeremos, qué beberemos, o con qué nos vestiremos?».

El Padre que está en el cielo sabe bien que ustedes las necesitan.” O estas otras: “Busquen primero el Reino y su justicia, y todo lo demás se les dará por añadidura”.

En esta propuesta de vida, Jesús nos está invitando a tener una actitud de fe-confianza en la Divina providencia, lo cual no es fácil y, de hecho, los discípulos no la tienen suficiente por eso los llama «hombres de poca fe” (cf.16,8).

La actitud del discípulo es buscar primeramente el Reino de Dios y su justicia; y todas esas cosas (o sea el alimento, el vestido, lo necesario para vivir) Dios lo dará como añadido. Aquí recordemos que buscar primero el Reino y su justicia es buscar ante todo y sobre todo la voluntad del Padre en nuestra vida.

Jesús ve en la creación una manifestación continúa del amor de Dios, en este caso, de su amor providente, que cuida y se preocupa de todas sus criaturas.

Desde esta experiencia profunda del amor del Padre surge entonces la llamada de atención a no dejarse atrapar por la inquietud y el agobio ante las necesidades para subsistir. Al mismo tiempo, esta Providencia del Padre debe provocar en los discípulos una actitud de confianza y de abandono en sus manos que llevará a dar el primer lugar a los valores superiores: El Reino y su justicia

La fe en la Providencia es ante todo saber que Dios Padre sabe lo que necesitamos y de aquí brota una confianza y una serenidad a la hora de emprender nuestras labores y de afrontar nuestra vida cotidiana.

Wenceslao fue comprendiendo en su vida que tenía que ser parte de la construcción del Reino y su justicia. Asumiendo en él lo que Dios iba queriendo de su vida.

1. En primer lugar busca el Reino en su vida interior.

Su vida y el silencio y la pausa en la toma de decisiones, van marcando su existencia.

En San Luis, antes de regresar a Mendoza para radicarse allí.

Antes de la decisión de casarse, días de pausa.

Ante la decisión de participar de la novena de la conversión. Reflexión y cambio.

Antes de ir a La Rioja. Conocer el lugar y participa de capacitaciones de lo que da verdadero sentido a la vida.

Antes de decidir quedarse en La Rioja aún en la incertidumbre del ambiente que lo rodeaba.

NOSOTROS, también llamados a darnos tiempo para escuchar a Dios, escuchar esa voz interior en la que nos habla. La importancia del silencio y la oración.

2. En segundo lugar compartiendo la vida con otros. Con Coca en primer lugar y sus hijas

Con los compañeros de camino pastoral

Con los que inician el emprendimiento cooperativo

El diálogo, la búsqueda comunitaria, el descubrir en la realidad los signos de los tiempos es fundamental para discernir la presencia o Ausencia del Reino.

Ver la explotación laboral, que lo creado para el bien de todos está en manos de unos pocos es una realidad que interpela e invita a un cambio, a una conversión personal y una transformación social

Wenceslao, junto a otros, lee esa realidad y se deja interpelar por ella. A partir de allí busca acciones que respondan a un cambio, a un mejoramiento.

Hoy también nosotros estamos llamados a dialogar de lo que vemos, de lo que nos interpela, iluminar ese diálogo con el Evangelio, con los valores del Reino y con la búsqueda de Justicia. Discernir esa realidad y buscar acciones que lleven a un mejoramiento.

Por esta búsqueda del Reino, Wenceslao, fue sospechado y asesinado.

3. El pasado año fue marcado por el juicio correspondiente por este hecho.

Su muerte, su crimen, un hecho que conmovió a toda la comunidad, la sociedad, y la Iglesia.

Estuvo impune durante más de 47 años.

Alguien fue acribillado en su casa y todo quedó como que no pasó nada, o peor, bajo el triste manto de sospecha ‘algo habrá hecho’ o ´por algo será’.

¿Cómo una sociedad puede estar tranquila cuando una persona le sucede esto y nunca se hallaron los responsables? ¿Cómo seguir viviendo en paz si los hechos no se esclarecen?

El pasado año pudo por fin realizarse el juicio, luego de un trabajoso esfuerzo por buscar que no quede archivado en el olvido.

Pudimos comprobar la importancia del servicio de la justicia, que cuando se quiere se puede llegar a un esclarecimiento.

Fue importante el aporte de testigos, empezando por la familia (aun teniendo que hacer presente una vez más el relato de los hechos)

Fue importante el trabajo de la fiscalía y de las querellas, una de ellas representando a la familia y a la Diócesis de La Rioja.

Fue importante el acompañamiento de las comunidades.

La reconstrucción de los hechos en la misma casa. Un acto también de reivindicación.

Fue importante el compromiso de los jueces por considerar todas y cada una de la pruebas hasta llegar a la sentencia final.

Por los testimonios recibidos allí y por todo lo investigado en el proceso canónico, luego del cual vino la beatificación, no solo quedó comprobado el asesinato y sus autores, sino su causa, y la causa era que Wenceslao vivía para hacer realidad el Evangelio, por “Buscar primero el Reino y su justicia”. Y buscarlo viviendo su fe en la Iglesia y en el compromiso social.

PARA NOSOTROS, su testimonio de vida, vivido en la humildad y el compromiso social por un mundo más justo, se engrandece con su muerte en manos de unos verdugos que no pudieron ver ese enorme bien.

4. Este mismo año se publicó un libro sobre Coca Cornejo, especialmente.

La hermana Silvia Somaré ECJ, ha recogido su testimonio y el de muchos para ahondar en otras facetas de Wenceslao. En realidad el libro hace más hincapié en la figura de Coca, como persona fundamental en la vida de Wence.

5. Tenemos todo para, juntos, transitar el camino de santidad al que Dios nos llama

  • Dios que vive en nosotros. Su gracia por los sacramentos.
  • Hermanos y hermanas con quienes compartimos la vida.
  • Una realidad que mejorar y transformar
  • Una Iglesia que busca fortalecer la vida fraterna y sinodal
  • Un impulso misionero que nos apremia

6. Demos gracias por el testimonio del Beato Wenceslao, su esposa, hijas y de tantos que buscaron el Reino de Dios y su Justicia

Y vivamos con alegría nuestra propia misión, mientras peregrinamos juntos a la Patria eterna. Así sea.

Mons. Dante Braida, obispo de La Rioja