Sábado 23 de noviembre de 2024

Documentos


Encuentro Nacional Evangelizadores Digitales

Homilía de monseñor Gabriel Barba, obispo de San Luis, en la misa de clausura del Encuentro nacional de evangelizadores digitales (Córdoba, 21 de julio de 2024)

Cerramos con esta Misa un gran trabajo... un gran momento. El Encuentro Nacional de Evangelizadores Digitales. En estas jornadas hemos tenido la oportunidad de de ver los rostros y de conocernos físicamente, presencialmente…, personalmente. Muchos solo se conocían a la distancia... Así que hemos sin duda, crecido en el conocimiento y esto se irá reflejando en el trabajo comunitario y principalmente en el amor de unos a otros.

Es imposible amar lo que no se conoce y y esto es mucho más que es una tarea, es una construcción eclesial, es un camino eclesial. Un camino de discipulado desde un servicio particular. Las lecturas de este fin de semana nos llevan a un Jesús que se encuentra con los Apóstoles. Si bien no corresponde a la lectura de hoy, la palabra “Vayan” sí antecede… y da sentido a lo que trata el Evangelio de este domingo.

Este evangelio tiene sentido en cuanto que Jesús primero les dijo “Vayan, yo los envío”. A predicar la Buena Nueva, a sanar a los enfermos, a expulsar a los demonios. Así hemos escuchado en domingos anteriores, el envío la misión a los Apóstoles y. Y hoy, los Los apóstoles regresan y se encuentran con Aquel que los había enviado.

Hoy cambia la consigna, es exactamente lo contrario. No…, no les dice vayan, sino que, al revés, “vengan”.

Les da vuelta la acción. Ahora es compartir con Jesús. El decirles vengan es hacia el encuentro con Jesús y a descansar. En este descansar, en este encuentro con Jesús se prima cuidar a la persona. Estar con Jesús desde Jesús, desde el silencio compartido, desde la intimidad con el. En la primera lectura de hoy se cuestionaba a los pastores que que no cuidan a sus ovejas, que dejan que se dispersen, que no están atentas a sus necesidades.

Jesús es el Buen Pastor, como nos recordaba el Salmo que recién cantamos, que recién rezamos. Jesús es el Buen Pastor que que mira a sus ovejas. Y los pastores, y los misioneros, y los apóstoles y los discípulos…, todos somos ovejas de Jesús, a quienes nos dice también pasen, y a quienes nos dice también ven al encuentro personal, al silencio, a la fuente más profunda que que da sentido a nuestra acción evangelizadora y que Jesús. ¿Cómo vamos a llevar a Jesús a los demás si primero no lo tenemos en nuestros corazones?

Si no profundizamos con el Señor, no lo tendremos en el corazón, debemos hacerlo permanentemente. Necesitamos volver a Jesús permanentemente, escucharlo. A sentir lo que nos encomienda, a descansar en Él, a enviarnos y a seguir sus pasos. Y el Espíritu obrará.

También en este evangelio aparece otro sentimiento de Jesús: Se conmueve hasta las entrañas, se conmueve profundamente al ver a la gente, el ver a la gente como ovejas sin pastor, como ovejas que no tienen pastor, que no tienen guía, que están desorientadas. Eso lo conmueve a las entrañas.

Es muy fuerte el sentimiento de Jesús.

Una vez más los mira, los atiende, les predica y está con ellos.

En el trabajo de estos días nos hemos centrado en un tema particular, un tema nuevo es el continente digital. El mundo digital, este ecosistema, esta cultura que tiene que ver con las comunicaciones. La pandemia ha sido una cosa verdaderamente difícil que hemos vivido, donde el Espíritu Santo nos dio un sacudón al mundo entero… y nos obligó a comunicarnos cuando estábamos aislados y a usar instrumentos que nunca habíamos usado y a largarnos a un mundo que desconocíamos.

Y la Iglesia, que es parte de esta historia y también como Iglesia nos tocó esto y fuimos descubriendo un mundo nuevo. En esto días Monseñor Lucio nos decía que estamos escribiendo en la primera página de este libro. Estamos transitando un camino nuevo, que se plasma en este encuentro donde vamos discerniendo lo que nos dice el Espíritu Santo…

A donde nos lleva el espíritu, no lo sabemos…, no lo tenemos claro, lo vamos viendo, lo vamos descubriendo. Pero necesitamos esta acción que dice el Evangelio de hoy: volver a Jesús y desde él darle sentido a todo esto.

Les quiero compartir este ejemplo de la historia, pensaba, en María Curie, que actualmente su sepultura está blindada con plomo porque está totalmente contaminada de radiación.

Ella con descubre el radio que hizo tanto bien a la humanidad, pero esta pobre mujer quedó absolutamente contaminada, que hasta está aislada en su sepultura. Sin embargo, ante ese mundo desconocido, María Curie se jugó y se manchó quedando contaminada de radiación…

¡Y hoy nosotros también tenemos este mundo que que no sabemos con qué nos va a ir contaminando…!

Es un mundo difícil, es un mundo adictivo, que no es fácil. Es un mundo que nos expone. Es mundo que a todos los que están trabajando no él, en las redes, sin duda se exponen más. Eso pasa en toda tarea evangelizadora, pero con la característica propia de las redes… (mundos nuevos), a lo mejor, dentro de mucho tiempo vamos a vamos a descubrir cosas que las podríamos haber hecho mejor o que nos han contaminado.

¡No importa…!, Como dice el Papa Francisco: no quiero una Iglesia que no se equivoque, sino una Iglesia que se que se arriesgue, que se manche, que se ensucie…, pero que esté junto a la gente, que esté con los pies sobre la tierra. Con la mirada en el cielo, pero los pies sobre la tierra. Esta es una gran oportunidad que sin duda, nos permite como Iglesia llegar a muchos que están lejos… en las periferias donde no llegamos. Que el Evangelio reciba esta gran amplificación para que todos puedan recibir la esperanza, la alegría y el anuncio de la vida nueva.

Nada podemos hacer por nosotros mismos. Y si la vida se centra en nosotros mismos, se va a resquebrajar enseguida. Si volvemos a Jesús permanentemente, si dejamos, si nos dejamos inspirar por el Espíritu Santo, entonces sí hoy, como los apóstoles, vamos a poder construir la verdadera Iglesia. Debemos construir la unidad. Las redes tienen ese peligro de decir cosas sin dar la cara… y de eso hay que cuidarse. No lleva a la verdad.

Es muy fácil agredir en las redes porque no se ven los rostros. En este lugar de las redes, debemos construir la Iglesia y construir la unidad. Cuidar la unidad de la Iglesia.

En esta Eucaristía que hoy Dios nos regala compartir presencialmente aquí en Córdoba, nos ayude, y nos alimente, iluminados hoy con la Palabra de Dios, para que podamos ser testigos de Jesús, para que nada hagamos sin Él, para que seamos dóciles a su llamada, para que no tengamos miedo en jugarnos, en arriesgarnos, abriendo nuevos caminos.

Tampoco los apóstoles sabían lo que iban a hacer…Tampoco ellos tenían claro qué era lo que Jesús les iba pidiendo. Y cada uno fue aprendiendo y entre todos fueron construyendo las distintas comunidades que hoy hacen a la Iglesia…, a la Iglesia, Una y Santa. Que Dios bendiga de un modo muy en especial a todos los misioneros digitales.

Que Dios nos ayude a ser verdaderos testimonios…, testigos de Cristo en todas partes. La digitalidad hoy nos permite trabajar sin límite territorial. Nos lleva a un anuncio sin límites geográficos. Que llegue a todos la Buena Noticia, como testigos de la vida, como testigos de la esperanza.

Mons. Gabriel Bernardo Barba, obispo de San Luis
Presidente de la Comisión Comunicación Social CEA