Sábado 7 de septiembre de 2024

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Escuchar, ser solidarios, forjar nuestra identidad

Síntesis de la homilía de monseñor Dante Braida, obispo de La Rioja, pronunciada en el tedeum por el 208° aniversario de la Declaración de la Independencia nacional (Iglesia catedral y santuario San Nicolás de Bari, 9 de julio de 2024)

Textos bíblicos:
Gal 5, 16-25 | Lc 18, 35-43

Con un corazón agradecido venimos a participar de esta celebración del Te Deum por el don de la Independencia. Damos gracias por nuestros Próceres en Tucumán hace 208 años entre quienes estaba nuestro representante el presbítero Pedro Ignacio de Castro Barros.

Esa proclama de la Independencia llegó luego de varios años de búsqueda de consensos. Luego del grito de libertad de mayo de 1810 pasaron seis años hasta que los representantes de las provincias, luego de arduos debates y diálogos llegaron a consensuar el acta de la Independencia. Luego pasaron varias décadas hasta consensuar la primera constitución en 1853. Por tanto vemos que la Nación se va construyendo de paso a paso, con participación y compromiso, con diálogo y consensos. Hoy somos nosotros los que tenemos esa responsabilidad, de hacer que la Independencia sea real.

La Iglesia siempre acompañó y busca acompañar el devenir histórico de la Patria. Lo que ofrece es el Evangelio y los principios y valores que emanan de él expresado sobre todo en la Doctrina Social de la Iglesia.

El evangelio de hoy lo presenta a Jesús que va llegando a una ciudad rodeado de mucha gente y escucha los gritos de un ciego que le pide compasión. Alguno buscan hacerlo callar pero el sigue y Jesús se detiene, dialoga, pregunta sobre su deseo más profundo a lo que responde “quiero ver”. La fe de este hombre hace que Jesús obre su sanación y él y todos puedan alabar a Dios. Escuchar, ser solidarios con quien quién más necesita es propio del Evangelio y nos humaniza, permite construir una sociedad que incluya todos sus miembros y atienda a especialmente a los más vulnerables.

Siguiendo esta Luz, para construir hoy nuestra patria, en una época de cambios, es necesario:

Escuchar mucho al pueblo en sus reclamos pero sobre todo en sus sueños y deseos más profundos de felicidad. Para ello necesitamos despojarnos de nuestros esquemas o ideologías que impiden comprender a los demás. A escuchar de ese modo tenemos que aprender y para ello ejercitarnos.

Forjar nuestra identidad de ser pueblo del Tinkunaco, de la paz, federal, de una fe que nos ayuda tener una mirada trascendente de la realidad y a vivir de modo generoso nuestros compromisos.

Dialogar sobre qué modelo de Nación queremos que pueda contrarrestar el modelo consumista que hoy impera, parece que tenemos que consumir mucho para ser felices, y la realidad que el ser humano con poco, austeramente, puede vivir mucho, aprendiendo a disfrutar de la naturaleza, de los vínculos, del trabajo bien realizado, del construir algo juntos. Fomentando la solidaridad que contrarreste toda independencia egoísta.

Jesús en su Evangelio no solo nos da un ejemplo de vida verdaderamente humana enseñándonos a ser libres de verdad sino que también nos comparte su mismo Espíritu para que podamos discernir lo que nos hace bien de aquello que nos esclaviza.

Demos gracias a Dios por la Nación que habitamos y le pidamos su ayuda para seguir trabajando por la independencia en la actualidad y seguir construyendo puentes entre todos. Así sea.

Mons. Dante Braida, obispo de La Rioja