Miércoles 24 de abril de 2024

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Saludo por Navidad

Mensaje de monseñor Marcelo Daniel Colombo, arzobispo de Mendoza, para la Navidad 2022

Queridos hermanos,

¡Feliz Navidad! A través de este mensaje, deseo hacerles llegar mi saludo navideño.

El Señor Jesús ha querido nacer entre nosotros para hacernos sus hermanos, hijos muy amados del Padre. Cada año celebramos este misterio de nuestra fe y nos unimos de corazón a esta pequeña familia que María y José fundaron a la espera del niño que llegaba a sus vidas y a las nuestras. “Allí está Dios, en la pequeñez. Y éste es el mensaje: Dios no cabalga en la grandeza, sino que desciende en la pequeñez. La pequeñez es el camino que eligió para llegar a nosotros, para tocarnos el corazón, para salvarnos y reconducirnos hacia lo que es realmente importante.” (Papa Francisco, Homilía de Navidad 2021).

La celebración familiar y comunitaria de la Navidad nos compromete a vivirla en toda su dimensión espiritual y religiosa para recibir así, entre nosotros, al mismo Autor de la vida. En estos tiempos tan particulares en los que la humanidad padece las consecuencias de la pandemia, la guerra, la pobreza estructural creciente, los desencuentros infinitos entre personas y sectores sociales, así como los evidentes signos del deterioro climático que afectan a tantas poblaciones, estamos especialmente urgidos a acercarnos a Belén, en toda su humildad y dignidad, y volver a la llamada original de Dios, que sigue invitándonos a una vida nueva, a ser nosotros mismos personas nuevas, familias nuevas, comunidades nuevas, pueblos y naciones nuevos. Así, nacer con Jesús en esta Navidad, es un imperativo de vida, una posibilidad de crecer desde abajo, aprendiendo en su escuela de humanidad.

Mientras seguimos participando del proceso sinodal con el Papa Francisco, nuestro camino comunitario de discernimiento se detiene ante el Señor Jesús para adorarlo y encomendarnos a su amor que siempre nos rescata del desconsuelo, del desánimo, de la frivolidad e insensatez. ¡Cómo no anhelar responder con amor a este Dios-niño que nos amó primero! ¡Cómo no amar a nuestros hermanos, que Él mismo nos regaló!

Mis queridos hermanos, pidamos a Jesús, en esta Navidad, crecer en nuestra capacidad de amar generosa y fielmente. Con María y José, recibamos en nuestros brazos al niño Dios que nos hace fuertes en su fragilidad y nos ayuda a vivir la vida como don.

“Jesús no quiere venir sólo a las cosas pequeñas de nuestra vida, sino también a nuestra pequeñez: cuando nos sentimos débiles, frágiles, incapaces, incluso fracasados. Hermana, y hermano, si, como en Belén, la oscuridad de la noche te rodea, si adviertes a tu alrededor una fría indiferencia, si las heridas que llevas dentro te gritan: “Cuentas poco, no vales nada, nunca serás amado como anhelas”, esta noche, si percibes esto, Dios responde y te dice: “Te amo tal como eres. Tu pequeñez no me asusta, tus fragilidades no me inquietan. Me hice pequeño por ti. Para ser tu Dios me convertí en tu hermano. Hermano amado, hermana amada, no me tengas miedo, vuelve a encontrar tu grandeza en mí. Estoy aquí para ti y sólo te pido que confíes en mí y me abras el corazón”. (Papa Francisco, Homilía Navidad 2021)

¡Feliz Navidad! Dios los bendiga y acompañe en este camino del corazón a Belén y de Belén a los hermanos.

Afectuosamente,

Mons. Marcelo Daniel Colombo, arzobispo de Mendoza