Fueron las primeras palabras de Robert Francis Prevost, a partir de hoy el 267º Papa de la historia de la Iglesia, el primer pontífice estadounidense.
Con una carrera marcada por su trabajo misionero en Perú y su cercano vínculo con Francisco, Prevost ha sido una figura clave en el ámbito eclesiástico, destacándose por su compromiso con los pobres.
El humo blanco de la chimenea de la Capilla Sixtina, acompañado por el repicar de las campanas de la Basílica de San Pedro, confirma que la Iglesia Católica ya tiene un nuevo pastor.
Dedicó su vida al servicio como religiosa, profesora y secretaria en la Congregación de las Hermanas Teresianas. En 2018, recibió la bendición apostólica del papa Francisco.