El administrador apostólico de La Plata afirmó que este camino de preparación para la Navidad "es un tiempo de esperanza, de serenidad", y animó a "penetrar profundamente en la ternura del pesebre".
El obispo Jorge Lugones presidió la solemnidad por partida doble. Primero, en el templo del barrio 8 de Diciembre, en Fiorito; y después, en la parroquia de Burzaco. Etapa final del bienio jubilar.
La imagen permanecerá allí para su veneración. "Demos gracias a Dios por este hermano franciscano, que supo realmente 'intervenir en favor de los hombres", destacó el rector de la basílica.
Como cada año, miles de personas se acercaron al santuario en el día de la Inmaculada. La misa fue presidida, por primera vez, por el obispo diocesano, Mons. Fray Carlos María Domínguez.