El arzobispo de San Juan de Cuyo invitó a orar y colaborar con las misiones ad gentes, recordando que la fe y la generosidad sostienen la tarea evangelizadora en todo el mundo.
El obispo de San Francisco aconsejó a la dirigencia política leer a santo Tomás de Aquino sobre la humildad, una virtud que considera esencial para reconstruir la convivencia y las instituciones.
"La condición para ser acreedor de la gracia es la fe. La misericordia y el perdón se logran mediante la fe en la persona de Jesús", recordó el arzobispo emérito de Corrientes.
Desde el Seminario Nuestra Señora del Rosario, el arzobispo de Mendoza presidió la Eucaristía y destacó el Magníficat como un canto de fe, justicia y esperanza.