Después de la Pascua, es la Navidad la fiesta más grande del calendario cristiano. Pero a diferencia de aquella, la Navidad es hoy una fiesta de carácter universal, que se celebra en todo el mundo, aún en países no cristianos. La fiesta del nacimiento de Jesús es la fiesta familiar por excelencia, que tiene la virtud de renovar en los corazones los deseos de felicidad y de paz. San León Magno, que gobernó la Iglesia en el siglo V, decía en una homilía de Navidad: “Hoy nació nuestro Salvador. Alegrémonos. No es justo dar lugar a la tristeza cuando nace la vida para acabar con el temor de la muerte y llenarnos de gozo con la eternidad prometida. Nadie se crea excluido de participar en este regocijo, pues una misma es la causa de la común alegría, ya que nuestro Señor, destructor del pecado y de la muerte, vino a librar a todos del pecado. Alégrese el santo, porque se acerca al premio; alégrese el pecador, porque se lo invita al perdón; anímese el infiel, porque se lo llama a la vida”.