Nacido en un modesto hogar de Riese, Treviso, Italia, en 1835, una vez ordenado sacerdote recorrió todos los grados de la jerarquía eclesiástica: vicario, párroco, canónigo, obispo, cardenal, patriarca y papa. Su lema era: "Restaurar todo en Cristo". Limpió las iglesias de música e instrumentos profanos; impulsó los grupos de niños cantores y las escolanías; instauró la primera comunión a los 7 años de edad; reunió a los sabios para codificar las leyes de la Iglesia; desenmascaró los errores del modernismo, que se infiltraban en la Iglesia so capa de renovación y desacralización; promovió el arte sagrado para educar el gusto del pueblo cristiano; propuso restituir de los museos a las iglesias las obras de arte religioso para devolverles la dignidad y funcionalidad. Se destacó sobre todo por su humildad y bondad. Murió en Roma el 21 de agosto de 1914. Pío XII lo proclamó santo en 1954.