Romano de nacimiento, ejerció el sumo pontificado bajo los emperadores Galo y Valeriano. Fue uno de los mayores papas del siglo III, un papa intrépido que luchó denodadamente contra el cisma de Novaciano, primer antipapa. Trasladó de las catacumbas los cuerpos de San Pablo y San Pedro, y los colocó en los lugares donde habían sufrido el martirio. Desterrado, murió el año 253.