Era un cristiano romano que con su simpatía ganaba a muchos para la fe. El mismo emperador Claudio era atraído por él. Pero el gobernador Calpurnio amotinó al pueblo contra Valentín. Claudio intentó salvarlo pero no pudo impedir que fuera decapitado el año 269 en la vía Flaminia junto al puente Milvio sobre el Tíber.