Nació en Salency, localidad de Picardía (Francia) hacia el año 470. A los 30 años fue ordenado sacerdote. Por su popularidad como predicador y misionero, fue elegido obispo de Vermandois. Recorrió muchas veces su extensa diócesis con la finalidad de aumentar la gloria de Dios y combatir la idolatría. Fue San Medardo quien impuso el velo monacal a la reina Santa Radegunda y la bendijo como auxiliar del culto, lo que hoy sería un ministro extraordinario de la Comunión. San Medardo es el santo favorito entre los campesinos del norte de Francia. Murió alrededor del año 560.