Nació en York, Inglaterra, a fines del siglo XI. Siendo párroco en la diócesis de York, decidió retirarse a la soledad de un monasterio benedictino. Cinco años después fue elegido abad de la abadía cisterciense de Fontaines, en la que introdujo la disciplina de Claraval. "El único importante negocio del hombre -solía decir- es el de la salvación de su alma". Murió el año 1159.