Se retiró el director nacional de Culto Católico, Luis Saguier Fonrouge
- 10 de mayo, 2023
- Buenos Aires (AICA)
Abogado y estudioso del Derecho Canónico, estuvo al frente de esa dirección de la Cancillería durante 25 años, tras haber desempeñado antes otras funciones en la Secretaría de Culto.
Al cabo de un cuarto de siglo de fructífera y reconocida labor como director de Culto Católico de la Cancillería, el 1° de mayo último concluyó sus tareas y se jubiló el doctor Luis Saguier Fonrouge.
En su gestión, ha aportado a la función pública no solamente una sólida preparación intelectual para el área a su cargo, sino también una singular dedicación personal, con la que desarrolló un acabado conocimiento y una buena relación con las autoridades y miembros de la Iglesia Católica, pronto siempre a resolver problemas y facilitar el entendimiento a lo largo de sucesivos gobiernos.
Su presencia ha sido constante en ceremonias oficiales, asunciones de obispos, homenajes, festividades litúrgicas, encuentros religiosos y otros acontecimientos salientes de la comunidad católica en el país, sin contar el desempeño diario en múltiples actuaciones administrativas en su despacho de trabajo.
Saguier Fonrouge se desempeñó como director de Culto Católico de la Secretaría de Culto del Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto por tres concursos públicos abiertos en abril de 1998, abril de 2003 y agosto de 2009.
Abogacía y derecho canónico
Nacido el 7 de mayo de 1955, es casado y padre de nueve hijos, que le han dado dos nietos. Se graduó de abogado en la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires, y cursó la licenciatura en Derecho Canónico en la Universidad Católica Argentina (UCA).
Antes de asumir como director nacional de Culto Católico, se había desempeñado como asesor de gabinete del subsecretario Norberto Padilla, de la Secretaría de Culto, entonces a cargo de Ángel Miguel Centeno, entre septiembre de 1995 y abril de 1998. Entonces, Saguier Fonrouge organizó y tuvo a su cargo la Dirección del Registro de Institutos de Vida Consagrada, entre el 20 de noviembre de 1995 y el 2 de abril de 1998.
Actividades docentes
Luis Saguier Fonrouge tiene una larga vida académica, como profesor de Doctrina Social de la Iglesia en la Facultad de Derecho de la Universidad Católica Argentina (UCA), durante casi treinta años. Fue también profesor extraordinario adjunto de Derecho Canónico y Público Eclesiástico en la Universidad del Salvador (1993-1999), y disertante en conferencias y cursos en esa casa de estudios, en la Universidad del Norte Santo Tomás de Aquino (UNSTA) y en la UCA. En esta última, coordinó el Programa de Digitalización de Documentos Histórico-Eclesiásticos entre 2004 y 2009. Fue asimismo delegado rectoral de la Universidad Católica de Salta-Sede Buenos Aires, entre 2006 y 2010.
También fue docente de Catequesis y de Religión en el Colegio de los Santos Padres, en Bella Vista, partido de San Miguel, provincia de Buenos Aires, donde reside.
Contactos juveniles
En su juventud, cuando trabajaba en tribunales y estudiaba abogacía, entró en el seminario metropolitano de Buenos Aires, donde permaneció tres años y estudió Filosofía y Teología. Ello le dio una formación de base importante en materia religiosa, y un conocimiento y trato con muchos compañeros de estudios que luego fueron sacerdotes y, algunos de ellos, obispos.
Más adelante, el cursar durante años en el turno nocturno la licenciatura en Derecho Canónico, cuyas asignaturas aprobó todas, quedando pendiente solamente la tesina final, le dio también una gran interacción con quienes se han especializado como canonistas de distintas diócesis del país.
Sin partida de bautismo
Curiosamente, había sido bautizado en la iglesia de San Ignacio, y cuando ese templo histórico, el más antiguo de Buenos Aires, fue incendiado el día de la quema de la curia metropolitana y varias iglesias el 16 de junio de 1955, a poco más de un mes de su nacimiento, su certificado de bautismo desapareció en el incendio. Es así que tuvo que realizar trámites para acreditar la recepción del sacramento, a fin de poder primero cursar en el seminario y tiempo después casarse por la Iglesia.
Tiene dos hermanos sacerdotes: Enrique, del clero castrense, y Alberto, dominico. Su padre, Enrique, fue funcionario en el Banco de la Nación y falleció a los 65 años. Su madre, Dolores Fonrouge de Saguier, abogada, tuvo mucha actuación cívica y participó en el Partido Conservador Popular desde sus comienzos en los años '50, junto con su fundador, Vicente Solano Lima. Ejerció como jueza hasta su desplazamiento por parte del último gobierno militar, en abril de 1976.
Desplazamiento
Más allá del reconocimiento general por su disposición servicial, el desempeño de Saguier Fonrouge al frente de la dirección de Culto Católico no estuvo exento de serios obstáculos. En el último tramo de la presidencia de Carlos Menem, cuando la Secretaría de Culto pasó de la órbita de la Cancillería a la de la Presidencia de la Nación, el nuevo secretario, el médico y legislador santiagueño Juan José Laprovitta, que asumió en agosto de 1998, no reconoció a Saguier en el cargo que había obtenido por concurso y lo desplazó.
Saguier Fonrouge tuvo a su favor las sentencias de seis juicios, que disponían medidas cautelares y reponerlo en su cargo, sentencias que no fueron cumplidas. Pero apenas asumió el gobierno de Fernando de la Rúa, en diciembre de 1999, el canciller Adalberto Rodríguez Giavarini lo restituyó en su puesto; Culto volvió a estar entonces bajo la esfera de la Cancillería.
El hecho religioso y los frutos de la paz
Saguier Fonrouge ha realizado distintas publicaciones, como “El hecho religioso en la República Argentina. Una aproximación histórica” y “Acerca del sostenimiento del Culto” (ambos editados por la Editorial de la Universidad Católica Argentina, Educa, en 2004).
Con el doctor Marcelo Camusso, también profesor de la UCA, coordinó el libro “Los frutos de la paz” (Educa 2009), que reúne documentos y distintos enfoques sobre la mediación de san Juan Pablo II en el diferendo austral entre la Argentina y Chile por el Canal de Beagle. En una cuidada impresión, con gráficos, mapas, reproducciones de tapas de diarios y fotografías, recoge en más de 200 páginas intervenciones de expositores de alto nivel, en una jornada realizada en la UCA el 16 de octubre de 2008.
También tuvo a su cargo la sección “Práctica Administrativa de Derecho Eclesiástico”, del libro “La libertad religiosa en el Derecho argentino”, editado por la Fundación Konrad Adenauer en 2007 y cuyos compiladores, Roberto Bosca y Juan G. Navarro Floria, le encomendaron esa parte considerando su experiencia en la materia.
La faz administrativa de una relación
¿Qué funciones cumple la Dirección de Culto Católico? Interviene en los actos administrativos de la relación del Estado con la Iglesia Católica, que tiene una especial consideración en el orden institucional basado en la Constitución Nacional de 1853/60. Esos actos administrativos se manifiestan, a título de ejemplo, en el nombramiento de los obispos (que nombra la Santa Sede y el Estado toma conocimiento y reconoce); el sostenimiento del culto, los seminarios y las parroquias de frontera; el reconocimiento de los institutos de vida consagrada –aproximadamente medio millar–; acreditar la personería para exenciones impositivas en colegios parroquiales (similares a las de otros colegios de gestión privada, religiosos –de distintas confesiones– o no); temas migratorios atinentes al ingreso de religiosos al país, etc.
No deja de ser interesante al respecto observar que la realidad dista de lo que en el imaginario colectivo puede quedar como impresión, acerca de que el funcionamiento de la Iglesia está sostenido por el Estado. Dentro del presupuesto nacional, el aporte estatal al conjunto de la Iglesia es un porcentaje casi irrelevante, menor al 0,02%.
En buena medida, ha sido letra muerta lo que dispusieron leyes específicas como la 21.540, que fijó para arzobispos y obispos que cesaran por razones de edad -75 años- o invalidez una asignación del 70% de la remuneración de un juez nacional de primera instancia, incompatible con toda jubilación, pensión o retiro. Para los auxiliares retirados era del 60%, y una norma posterior puso 80% para los prelados en actividad. Hay que advertir, en ese sentido, que aproximadamente la mitad de los obispos o han renunciado o nunca han solicitado la asignación, buscando promover al mismo tiempo una mayor responsabilidad de los fieles. Y en cuanto al monto, muy lejos está de esos porcentajes: la mayor asignación es la que reciben los obispos eméritos, o sea retirados –aunque no todos los retirados la reciben-, que no alcanza los 70.000 pesos.+ (Jorge Rouillon)
El Dr. Saguier Fonrouge y su familia