Miércoles 24 de abril de 2024

Rafael Grossi en la UCA: "Tenemos que salvarnos de un accidente nuclear por el bien común"

  • 19 de octubre, 2022
  • Buenos Aires (AICA)
Así lo expresó el director del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) de las Naciones Unidas al inaugurar la Cátedra Internacional para el Desarrollo Sustentable, el Bien Común y la Paz.
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El embajador Rafael Grossi, director del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) de las Naciones Unidas y graduado de la carrera de Ciencias Políticas de la Universidad Católica Argentina (UCA), inauguró este martes la Cátedra Internacional para el Desarrollo Sustentable, el Bien Común y la Paz en el campus de Puerto Madero y conversó con estudiantes en torno al presente y el futuro de la energía nuclear. 

Grossi se encuentra de visita en la Argentina, tras haber participado de reuniones en Rusia para destrabar el conflicto con Ucrania. En el marco de su agenda institucional, que incluyó una entrevista con el presidente de la Nación, Alberto Fernández, Grossi recibió una placa de visitante ilustre por parte de la UCA en reconocimiento a su trayectoria profesional y compromiso con el aporte de la energía nuclear a la paz, la salud y la prosperidad en el mundo.   

“Me llena de orgullo y de emoción”, dijo ante los presentes. “Es un privilegio y parte de mi función, que es estar en el mundo, aportar al esfuerzo de esta cátedra, que tiene tres ejes -desarrollo sustentable, bien común y paz- que hacen una perfecta trilogía, porque se retroalimentan, uno sin el otro no puede funcionar”, afirmó. Luego se inició la ronda de preguntas del alumnado. 

En primer lugar, al ser consultado sobre la fusión nuclear y la generación de energía, el embajador Grossi señaló que de los próximos cinco a diez años habrá un proyecto de demostración para controlar la fusión nuclear y que ésta sea comercialmente viable. También fue preguntado sobre el papel de China como socio nuclear y el futuro de las negociaciones con Irán en el marco de las recientes revueltas en el país. Sobre lo primero, indicó que, desde el punto de vista técnico, “China cuenta con tecnología nuclear de punta, madura y segura”. Agregó, en ese sentido, que la elección de los actores nucleares con los que asociarse depende “de la afinidad o no en el campo político”.  

En cuanto a Irán, consideró que es “una tarea difícil que tomó muchos años”. Recordó que en 2015 las negociaciones eran promisorias, pero que distintos sectores en Estados Unidos se opusieron y Donald Trump al asumir se manifestó en desacuerdo. “A partir de eso, el acuerdo quedó prácticamente como una cáscara vacía. Cuando asumió Joe Biden, se comprometió a resucitarlo. En este momento, vemos un impasse, quizás también porque hay elecciones de medio término en Estados Unidos o quizás haya una intención de esperar hasta que aclare y ver después cómo sigue la cuestión”, precisó.  

Por otro lado, se refirió al fuerte interés que hay en la energía nuclear y “de ciertos países que tienen una decisión de redoblar la apuesta, quizás por decisiones geopolíticas o por seguridad energética”, como es el caso de países europeos como Francia o lo que está sucediendo en China, la India, Sudáfrica, Filipinas, Ghana, Kenia y Egipto, entre otros. En ese sentido, se pronunció sobre la línea de frente entre Rusia y Ucrania, donde está la gran central nuclear Zaporiyia con seis reactores y en donde concentra sus esfuerzos. “Tenemos que salvarnos de un accidente nuclear por el bien común”, indicó y aclaró: “Creo que esta situación que estamos viviendo es una situación anómala, pero que no cuestiona en sí misma a la energía nuclear”.  

Sobre la posible amenaza nuclear a la paz, manifestó: “Existen muchas crisis en el plano internacional, muchas de ellas que pueden derivar en conflictos armados. Algunas crisis tienen una dimensión nuclear y otras no lo tienen. Si pensamos en un conflicto en un país de África central o subsahariana, no hay una dimensión nuclear. Hay otros donde sí, como Ucrania”. Al respecto, aseguró que un análisis frío de ese conflicto armado -tras recorrerlo por la vía terrestre- "permite ver al país en guerra y lo que es muy impresionante es que se parece más a una Segunda Guerra Mundial con trincheras, artillería pesada, pueblos chamuscados, blindados y tanques quemados al costado del camino, grupo de pelotones”. “Parece una película de la Segunda Guerra Mundial, donde hay un componente nuclear menos esperado, usado como un botín de guerra y la posibilidad latente de un accidente nuclear, como una amenaza”, analizó.  

Por último, el embajador Grossi enumeró cómo las distintas acciones del Organismo Internacional para la Energía Nuclear de la ONU se alinean con los Objetivos para el Desarrollo Sustentable (ODS), como la larguísima trayectoria que tiene en la medicina nuclear y el tratamiento del cáncer mediante la radioterapia.

También mencionó el trabajo para la detección temprana de enfermedades animales y zoonosis con estrecha colaboración con la Organización Mundial de la Salud, instalando laboratorios en países en los que el contacto humano con los animales es muy cercano. En ese punto, recordó a Wuhan, en China, donde se detectó el primer contagio de Covid-19, pero también los casos de gripe aviar, entre otros. La seguridad alimentaria mediante tecnologías que eviten que las cosechas se pudran o que resistan a las sequías, el tratamiento de hongos y plagas, el cuidado del agua y los estudios de microplásticos marinos fueron otros de los puntos mencionados por el experto.

“Somos una herramienta que debe ser utilizada para el bien común, para proteger a la casa común, para que todos y cada uno estemos un poco mejor”, concluyó.+