Martes 23 de abril de 2024

Ordenación episcopal del misionero argentino en Cuba

  • 17 de mayo, 2021
  • Holguín (Cuba) (AICA)
Mons. Marcos Pirán fue consagrado obispo auxiliar en la catedral de Holguín. El nuncio transmitió un mensaje del Papa, en tanto el prelado escribió a la diócesis de San Isidro, de la que es originario
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Monseñor Marcos Pirán Gómez, el argentino misionero en Cuba desde hace más de 20 años, recibió la ordenación episcopal el pasado sábado 15 de mayo en la catedral San Isidro. El consagrante principal fue el obispo de Holguín, monseñor Emilio Aranguren y participaron de la misa el nuncio apostólico en la isla, monseñor Giampiero Gloder, obispos cubanos y un centenar de personas.

El representante papal transmitió un cariñoso saludo del papa Francisco para su compatriota y nuevo obispo auxiliar de Holguín, y la celebración fue seguida por numerosos fieles a través de las redes sociales, entre ellos desde la diócesis argentina de San Isidro, de la que es originario monseñor Pirán.

En la homilía, monseñor Aranguren agradeció a “los hermanos y hermanas, sobrinos y familiares de monseñor Pirán, y recordó que tuvo la oportunidad de visitar a su mamá Verónica, acompañado del padre (y después obispo) Miguel Ángel D´Annibale, “hoy, los dos, junto a Jorge, su difunto padre, desde el cielo nos miran y bendicen”.

Mientras se proyectaban mensajes desde la Argentina, monseñor Aranguren agradeció la misión de los sacerdotes sanisidrenses en Cuba, y a los obispos de la diócesis que la mantuvieron durante 26 años. En este sentido, recordó que se inició cuando era obispo de Holguín monseñor Héctor Luis Peña, quien estuvo presente en la misa de ordenación. 

”Has sido elegido de entre los hombres y para los hombres, para servirlos en las cosas que se refieren a Dios”, le señaló. Y mencionó lo que el papa Francisco expresó: “Has sido ordenado, no para otras cosas. No para los negocios, no para la mundanidad, no para la política”, e insistiendo en que “episcopado es el nombre de un servicio, no de un honor”.

Monseñor Aranguren le recordó sus dos tareas principales: “La oración y la ofrenda del sacrificio por el pueblo que pastorea,” y “el anuncio de la Palabra, de modo sencillo, para que todos la comprendan y les ayude a ser mejores”.

En su saludo, monseñor Pirán compartió aspectos de su espiritualidad, marcados por “la oración del abandono” del hermano Carlos de Foucauld: “Padre me pongo en tus manos, haz de mí lo que quieras” y una súplica del rito eucarístico que le pide al Señor: “Entrañas de misericordia ante toda miseria humana”.

Asimismo, compartió palabras del Papa sobre el llamado a la santidad en el mundo de hoy, en las que el pontífice invita a los creyentes a “reconocer cuál es esa palabra, ese mensaje de Jesús que Dios quiere decir al mundo con tu vida”.

Mensaje a las comunidades de Rincón, Tigre y Carapachay
Monseñor Pirán también envió un mensaje a las comunidades de Rincón de Milberg, Tigre y Carapachay, donde desarrolló sus primeras tareas sacerdotales en la diócesis de San Isidro:

Miren, al final del rito de la ordenación hay un momento para dar un mensaje y agradecer, pero es un poco difícil en tan poco tiempo poder expresar algo, al menos de un modo especial, a quienes han tenido que ver de un modo más directo con mi vida, como es el caso de ustedes, por eso prefiero hacerlo de este modo.

En primer lugar, agradecerles mucho porque a pesar de los años me han seguido acompañando de muchos modos, para quienes tenemos fe, sabemos que pensar con amor en alguien es rezar por esa persona, lo mismo puedo decir hacia ustedes, los llevo siempre en el corazón a pesar del tiempo y la distancia.

Han pasado 21 años desde que llegué a Cuba, han sido años muy intensos y enriquecedores, donde muchas cosas que aprendí con ustedes las pude compartir con quienes Jesús me fue poniendo en el camino. Gracias a Dios, he podido seguir viviendo del mismo modo a lo largo de toda la vida, recorriendo en bicicleta las comunidades, visitando las familias y los hospitales, tratando de acompañar lo mejor posible a tantos que están heridos por distintos motivos. Por todo esto, por cada oportunidad de hacer esto, doy gracias a Dios de todo corazón, porque me siento feliz de poder vivir así, cerca de Jesús.

Creo que todo lo que hacemos en la vida por los demás, es simplemente un intento de agradecer todo lo que Jesús hizo, hace y hará por nosotros, todos sabemos por experiencia que sirviendo es como somos felices, confirmando lo que Jesús nos dijo después de lavar los pies a los discípulos.

Desde que se hizo público el nombramiento como obispo auxiliar de Holguín, he experimentado una lluvia del amor de Dios a través de muchísimas personas que como uds por WhatsApp o en la calle, en los hospitales, en las comunidades, me han manifestado su alegría, su amor y la promesa de rezar para que pueda vivir esta nueva misión que Jesús y la Iglesia me confían, eso me da mucha paz y también me compromete mucho.

Esta diócesis de Holguín, abarca dos provincias, aunque seguiré viviendo y atendiendo la parroquia San José, iré recorriendo las parroquias y conociendo más de cerca la situación real en que viven para intentar acompañarlos y alentarlos.

Elegí como lema “Quédate con nosotros Señor”. Porque expresa lo que he intentado vivir desde que me ordenaron. Es la experiencia de Dios en la cual me siento reflejado, tanto desde el ser acompañado en el camino por Jesús de muchísimos modos, como también lo que he intentado hacer experimentar a quienes Jesús me ha puesto en el camino de la vida. Creo profundamente en el valor de la vida cotidiana, en la importancia de cada encuentro y momento, en que Dios se va manifestando, he palpado su cercanía misericordiosa que no deja de sorprenderme. He encontrado en la Palabra y en la Eucaristía el alimento, la luz y la esperanza para seguir andando. Han sido los que más sufren, tanto por carencias materiales como por distintos motivos, mis mejores maestros, a través de los cuales especialmente Jesús me ha ido moldeando y sin duda lo seguirá haciendo.

Ustedes por la distancia y los de aquí por la pandemia, no podrán estar presentes físicamente, sin embargo, si Dios quiere, gracias a la tecnología podremos estar unidos, en comunión, sé que cuento con ustedes y eso me da seguridad, confianza y alegría, cuenten conmigo. Cuando mejore la situación, podremos encontrarnos y agradecer a Dios que nos dio la oportunidad de conocernos y compartir de cerca una parte del camino de la vida, lo suficiente para que sigamos unidos en Él para siempre.

Les mando un abrazo grande para todos y cada uno, los quiero mucho y los acompaño con la oración, Marcos.+

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