Mons. Bochatey: "La Asamblea Plenaria se vivió fraternalmente y en escucha"
- 17 de noviembre, 2022
- Buenos Aires (AICA)
El secretario general de la Conferencia Episcopal Argentina hizo un balance del reciente plenario episcopal que se llevó a cabo en Pilar y concluyó con una misa en Luján por la paz y confraternidad.
El obispo auxiliar de La Plata y secretario general de la Conferencia Episcopal Argentina, monseñor Alberto Germán Bochatey OSA, hizo un balance de la 121ª Asamblea Plenaria de la CEA que se llevó a cabo del 7 al 11 de noviembre en la casa de retiros “El Cenáculo”, del partido de Pilar, y que concluyó con una misa en Luján para rezar por la paz y la unidad.
“Empezamos todos con un sentimiento un poco especial dado que dos hermanos nuestros, con poquitos días, partieron a la casa del Padre; acontecimientos que siempre te ponen en presencia de la realidad de la vida y de la muerte. Con esas memorias comenzamos la tarea..
En declaraciones al programa “Caminos de Encuentro”, de la Oficina de Comunicación y Prensa de la CEA, monseñor Bochatey afirmó que el plenario episcopal “se vivió en un verdadero clima fraterno, de mucho respeto, de mucha escucha, de tratar de conocer, de entender mejor la realidad del país”.
“Así sesionamos lunes y martes, con una visión pastoral de la realidad de nuestro país. Luego entramos en temas más específicos, como la formación de los seminaristas futuros sacerdotes, el ordenamiento de la planificación, el proyecto de cómo hacer la formación de los sacerdotes, que eso realmente es muy importante”, y agregó: “Trabajamos por grupos, algunos grupos por regiones entre los obispos de distintas zonas que tienen problemas parecidos, porque la Argentina es muy grande, no porque puede pasar en Jujuy lo mismo que pasa en otra provincia”.
En relación al temario general de la 121ª Asamblea Plenaria, expuso: “Los trabajos coinciden con el objetivo que teníamos, que es el camino sinodal, es decir, caminar, acompañar. También la realidad nacional muy de cerca, especialmente acerca de los pobres y los que están más desamparados, de los que son marginados, olvidados de parte del sistema para darles también a ellos esperanza”.
“Siempre hay esperanza, este es un país que cree en Dios, es bendecido por Dios, tiene mucha bondad, tiene muchas cosas positivas y entonces hay que estar cerca de ellos, al lado de ellos, acompañando y también en muchos otros órdenes. El político sindical que está del lado laboral, también la vida parroquial, porque muchas veces cuando miramos el panorama general del país no nos agobia o no, si no nos embarcamos en una visión más sociológica y justamente es una de las cosas que el papa Francisco insiste tanto y ha consagrado mucho en su pontificado, que las religiones no son el problema, justamente son el inicio de la solución, porque las religiones van a Dios y enseñan el amor al prójimo”.
El secretario general de la CEA destacó que durante la reciente asamblea se trabajó “en grupos, también por regiones y comisiones. Allí la primera palabra que salía, era la tristeza. Qué tristeza que la Argentina esté viviendo estas circunstancias, pero para nosotros es lo contrario, es el canto de alegría”.
“Es que a pesar de que también constantemente nos llaman, tenemos una riqueza maravillosa que es el Evangelio, la catequesis, poder caminar e iluminar con el Magisterio. Y eso nos trae alegría. Con esfuerzo tenemos que caminar alegremente hacia el Señor”.
Del mismo modo, puntualizó monseñor Bochatey, se dedicó una jornada completa a reflexionar sobre la realidad de la formación sacerdotal y las vocaciones. Sobre este aspecto, manifestó: “La gran mayoría hace un trabajo muy grande y con un gran desprendimiento dejándolo todo para poder servir al pueblo de Dios. En las parroquias, en las villas, en los comedores, en las escuelas, en los hospitales, en todos lados. Es estar y estar todo el año. No está solamente cuando vienen las campañas o cuando ocurre una desgracia o una necesidad”.
“Está todo el tiempo y la gente sabe tocar el timbre y sabe que lo va a encontrar al sacerdote y por otro lado, nosotros los obispos, somos también responsables de todo ese clero para que pueda cumplir en su función en un momento en el que el papa Francisco nos llama a mirar el ministerio sacerdotal, no desde el clericalismo clásico, sino desde el servicio, desde la pobreza, del desprendimiento”.
Sobre la canonización de Artémides Zatti, el secretario general de la CEA manifestó: “Se aprobó por unanimidad, por mayoría absoluta; gracias a Dios este año será el primer año que todo el personal de enfermería va a ponerse bajo su protector, su santo propio. Es para que, más allá del esfuerzo grande de trabajo que tiene el equipo del personal de enfermería, el equipo de salud tenga también la satisfacción de tener un padre espiritual, porque un hombre de una vida muy sencilla, un hombre preocupado por cada enfermo, un hombre que recorría la ciudad de Viedma en bicicleta para llegar hasta el último lugar, realmente es un santo”. “Es bueno invitar a todos a informarse un poco sobre el camino de su vida, porque es un nuevo santo argentino protector de los enfermeros y las enfermeras”, valoró al referirse a Don Zatti, el enfermero santo de la Patagonia.
En relación con la celebración de la Eucaristía en el santuario de Nuestra Señora de Luján, monseñor Bochatey dijo: “Fue un momento muy rico, de gran exquisitez. Y la otra es que también surgió la necesidad de todos de ir a ver a esta Madre María, nuestra Virgencita de Luján. Fuimos a celebrar la misa de clausura de la 121ª Asamblea Plenaria en acción de gracias, justamente en el altar de L0uján. Estuvimos ahí, a los pies de la Virgen y entre otras cosas, pedimos las lluvias, la paz y la fraternidad”, concluyó.+