La unidad de los cristianos, tema central de los trabajos sinodales
- 10 de octubre, 2024
- Ciudad del Vaticano (AICA)
Fueron invitados el cardenal Koch, el metropolita ortodoxo Job, el obispo anglicano Warner y el pastor menonita Graber. Mañana, oración ecuménica con la Comunidad de Taizé en el Vaticano.
Siguiendo las indicaciones de la Secretaría General del
Sínodo, el relator especial, el padre Giacomo
Costa, ha invitado a los participantes del Sínodo a ser creativos, a no
tener miedo al "desborde", según ha afirmado Cristiane Murray en el briefing del Sínodo para la prensa este
jueves.
El director adjunto de la Oficina de Prensa de la Santa Sede
ha moderado el briefing presentado por Paolo
Ruffini, Prefecto del Dicasterio para la Comunicación y Presidente de la
Comisión Sinodal de Información, y por Sheila
Peres, Secretaria de la Comisión.
Los informes finales
de los círculos
Los trabajos del Sínodo de esta mañana, en los que han participado 342
miembros, se han desarrollado exclusivamente en los círculos más pequeños, sin
intervenciones abiertas, y se han presentado los informes finales del segundo
módulo de trabajo.
Además, señaló Ruffini, se brindaron algunas "orientaciones
metodológicas", entre ellas "el estímulo a la creatividad y al
'desbordamiento'". Esta palabra, recordó Ruffini, se usa en español como
"desborde", una palabra que también utilizó el Papa en Querida Amazonia y
durante el Sínodo de la Amazonía de 2019. La esperanza, agregó Ruffini, "es que
haya un 'desbordamiento' cada vez mayor", arraigado en la inquietud y el deseo
de seguir adelante.
Por la tarde, el trabajo de intercambio y discernimiento sobre el tercer módulo del Instrumentum Laboris continuó en la sección titulada "Caminos", precedido por un tiempo de oración y meditación dirigido por el padre dominico y cardenal electo Timothy Radcliffe y por una introducción al módulo a cargo del cardenal Jean-Claude Hollerich, relator general del Sínodo.
Un intercambio mutuo
de dones
A continuación, se dio voz a los invitados a la sesión informativa, que se
centraron en el ecumenismo, que forma un binomio inseparable con la
sinodalidad.
El cardenal Kurt Koch,
Prefecto del Dicasterio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos,
resumió el concepto con estas palabras: "El camino sinodal es ecuménico. Y el
camino ecuménico no puede ser otra cosa que sinodal".
Al definir la dimensión ecuménica como "uno de los aspectos
más relevantes de este Sínodo", el cardenal subrayó lo fundamental que es para
el ecumenismo y la sinodalidad "el intercambio de dones, en el que aprendemos
unos de otros, con la convicción de que ninguna Iglesia es tan rica que no
necesite la contribución de otras Iglesias, y ninguna Iglesia es tan pobre que
no tenga nada que ofrecer".
La santidad es el
camino más seguro hacia la unidad
El purpurado aprovechó la ocasión para destacar que en esta sesión es más
significativa la presencia de los delegados fraternos que en la anterior, y
aseguró su participación en la vigilia ecuménica organizada para mañana, 11 de
octubre, en colaboración con la comunidad de Taizé.
La oración que inspirará el encuentro, dijo, estará
inspirada en dos textos conciliares: la constitución dogmática Lumen gentium y
el decreto sobre el ecumenismo Unitatis redintegratio.
La elección del lugar para el evento, la Piazza dei
Protomartiri Romani del Vaticano, no es casual: "La tradición sitúa allí el
martirio de Pedro. Nos recuerda ?concluyó el cardenal Koch- que la santidad es
el camino más seguro hacia la unidad".
El diálogo construye
cimientos, no compromisos
Su Eminencia Job, Metropolitano
de Pisidia y copresidente de la Comisión Mixta Internacional para el Diálogo
Teológico entre la Iglesia Católica y la Iglesia Ortodoxa, fue el primero de
los tres delegados fraternales en hablar. Afirmó que, en temas como el primado,
la sinodalidad, los ministerios y la conciliaridad, el diálogo entre ortodoxos
y católicos "lleva 20 años en marcha con avances, no sólo para acercarnos y
reconciliarnos, sino también para dar frutos en la vida interna de cada
Iglesia".
El metropolitano también mencionó el reciente documento del
Dicasterio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, el Obispo de Roma,
señalando que lo que le impresionó en la publicación es "la convergencia de
todos estos diálogos. Muestra que no se trata sólo de encontrar algún
'compromiso' entre las Iglesias, sino de sentar las bases para una vida común
de unidad cristiana".
Un espacio seguro en
el que abrir los corazones unos a otros
El obispo anglicano Martin Warner
de Chichester, copresidente del "Comité Anglicano-Católico Romano
Inglés-Galés", se centró en el valor de la experiencia relacional, que
distingue a este Sínodo de los de la Iglesia de Inglaterra.
Desde que el entonces Primado anglicano, Michael Ramsey, recibió el anillo
episcopal de manos de Pablo VI, Warner enfatizó: "Podemos mirarnos unos a
otros, reconocer nuestras diferencias, pero también la importancia de
intercambiar dones para crecer en nuestras respectivas experiencias".
A diferencia de las sesiones sinodales anglicanas, las católicas se caracterizan por la oración y el silencio, y, fundamentalmente, "no son legislativas", explicó, y esto, agregó el obispo Warner, garantiza "un espacio protegido en el que los corazones pueden abrirse unos a otros, en conversación "con el Espíritu, para mirar con creatividad y valentía los desafíos de este siglo".
Toda voz es
importante
Por último, la reverenda Anne-Cathy
Graber, pastora de la Conferencia Mundial Menonita y secretaria de relaciones
ecuménicas, que participa en el Sínodo por primera vez, dijo que estaba
"sorprendida por la invitación", ya que pertenece a una "iglesia poco conocida"
que surgió de la Reforma en el siglo XVI y se caracteriza por el bautismo de
los creyentes y la no violencia activa.
Reflexionando sobre su presencia, observó: "La Iglesia
católica no necesita nuestra voz, que es muy pequeña, pero esto en sí mismo
dice mucho sobre la sinodalidad: muestra que cada voz importa, cada voz es
importante".
Para la pastora Graber, "la unidad cristiana no es solo una
promesa para mañana, es aquí y ahora, y ya podemos verla. No solo estamos
cerca, sino que pertenecemos al mismo cuerpo de Cristo, somos miembros unos de
otros, como dijo San Pablo".
"Aunque no tenemos derecho a voto como delegados fraternos,
"nuestra voz y nuestra presencia han sido acogidas como las de todos los demás.
Es visible la igual dignidad del bautismo. No hay una Iglesia poderosa que
domine desde arriba. Todos somos un pueblo que camina unido y busca", continuó.
El ecumenismo no está
en crisis
La sesión de preguntas y respuestas abordó en particular los temas de las
relaciones dentro del diálogo ecuménico y entre el primado del obispo de Roma y
la sinodalidad.
El cardenal Koch explicó que "lo que estamos haciendo
demuestra que el ecumenismo no está en crisis, sino que se enfrenta a diversos
desafíos". Reconoció, en respuesta a las preguntas de los periodistas, que
"existe una situación triste, causada en parte por las palabras del Patriarca
Kirill de Moscú, jefe de la Iglesia Ortodoxa Rusa, que llevaron a una ruptura
con Constantinopla, pero debemos distinguir estas posiciones del camino en
curso".
En efecto, subrayó, "hay una comisión mixta que involucra a
15 Iglesias ortodoxas y que sigue trabajando, lo que significa que el diálogo
continúa con la esperanza de crear un futuro mejor, incluida la esperanza de
preparar una asamblea plenaria juntos".
La importancia de los
pequeños gestos
Esta afirmación también fue resaltada por el Metropolitano de Pisidia: "La
Iglesia de Cristo sigue activa, a pesar de las posiciones políticas expresadas
por Kirill, porque el diálogo teológico sigue sentando bases sólidas", afirmó.
"Este es un movimiento; no hay pausa en nuestro camino",
agregó Koch. "El movimiento ecuménico se realiza caminando juntos, rezando
juntos, colaborando juntos. Jesús mismo no ordena la unidad de los cristianos,
sino que reza por ella: ¿qué mejor que rezar para que se realice como don del
Espíritu Santo?".
Quizás "lo que se espera", intervino el padre Graber, son
"pequeños gestos simbólicos de reconciliación que todavía faltan".
En cuanto a la relación entre el primado petrino y la
sinodalidad, el cardenal Koch aclaró que "podemos afirmar que la sinodalidad y
el primado no están en oposición. Al contrario: uno no existe sin el otro y
viceversa".
Añadió que "el primado no es una oposición, sino una
oportunidad para discutir y encontrar puntos en común".
La cuestión de la
hospitalidad sacramental
Al abordar la cuestión de la hospitalidad sacramental, se recordó que el
Papa ha creado un grupo de trabajo específico y que "todavía no hay una visión
común de la Iglesia y de los sacramentos en el diálogo entre las Iglesias
occidentales".
Job expresó su esperanza de que "un día podamos acordar una
fecha única para la Pascua entre cristianos y ortodoxos, pero por ahora, esto
sigue siendo sólo un deseo".
Respondiendo a las preguntas sobre los llamados ministerios
femeninos, el Prefecto del Dicasterio para la Promoción de la Unidad de los
Cristianos subrayó "la sensibilidad del tema, para el cual el Papa ha creado 10
grupos de trabajo".
Señaló que "también el Dicasterio para la Doctrina de la Fe
está trabajando en ello desde hace tiempo: dos comisiones de estudio no han
llegado a una conclusión unánime, lo que indica que es necesario profundizar en
el tema. Es importante, por tanto, combinar la pasión de estas cuestiones con
la paciencia del estudio", concluyó el cardenal.+