Miércoles 9 de octubre de 2024

La Iglesia en Pakistán tendrá su primer "Siervo de Dios" de la historia

  • 3 de febrero, 2022
  • Lahore (Pakistán) (AICA)
Akash Bashir, ofreció su vida para salvar la de los fieles que estaban en el interior de la iglesia San Juan, en Lahore, el 15 de marzo de 2015, al impedir la acción de un terrorista suicida.
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La noticia del anuncio del joven católico Akash Bashir como Siervo de Dios contagió de alegría a los jóvenes cristianos de Pakistán. Bashir ofreció su vida para salvar la de cientos de cristianos presentes en el interior de la iglesia católica de San Juan, en el distrito Youhanabad, de Lahore, el 15 de marzo de 2015, bloqueando a un terrorista suicida y muriendo con él.

“Es una gran alegría para la Iglesia católica en Pakistán que en la fiesta de San Juan Bosco, el 31 de enero, el papa Francisco haya proclamado Siervo de Dios a Akash Bashir, manifestó el arzobispo de Lahore, monseñor Sebastian Shaw.

Tal como recuerda la agencia Fides, el arzobispo Sebastian Shaw expresó en varias ocasiones su agradecimiento por la valentía y el sacrificio del joven Akash Bashir, que prestaba servicio voluntariamente como miembro del personal de seguridad en el exterior de la iglesia. 

El prelado añadió: “Alabamos y damos gracias a Dios por este joven valiente, que podría haber huido o intentado salvarse, pero se mantuvo firme en su fe y no dejó que el terrorista suicida entrara en la iglesia. Dio su vida para salvar a más de mil personas que estaban dentro de la iglesia para la misa dominical”.

“Quisiera expresar mi gratitud a todos los cristianos de Pakistán: Akash Bashir es el primer cristiano pakistaní elevado al rango de Siervo de Dios por nuestra Iglesia”, dijo para concluir el arzobispo.

Akash Bashir, nacido el 22 de junio de 1994 en Risalpur, en la provincia pakistaní de Nowshera Khyber Pakhtun Khwa, era estudiante del Instituto Técnico Don Bosco, de Lahore, y formaba parte de los jóvenes activos en la comunidad parroquial de la iglesia de San Juan.

Akash estaba de servicio en la puerta de entrada de la iglesia el 15 de marzo de 2015, cuando observó a un hombre que intentaba entrar en la iglesia con un cinturón de explosivos en el cuerpo. Akash abrazó al hombre, inmovilizándolo y reteniéndolo en la puerta de entrada, haciendo fracasar el plan del terrorista de hacer una masacre dentro de la iglesia. El terrorista se inmoló y Akash Bashir murió con él. Las últimas palabras de Akash fueron: “Moriré, pero no te dejaré entrar”.

Monseñor Samson Shukardin OFM, presidente de la Comisión Episcopal para la Juventud, en declaraciones a la Agencia Fides, comentó: “Es una gran bendición, un honor y un momento de alegría para la Iglesia Católica en Pakistán, para la familia, para los feligreses y para el Centro Don Bosco donde Akash era estudiante. Fue la fe de este joven la que lo llevó al martirio. Akash se mantuvo fiel a su misión de proteger a la gente hasta su último aliento”. 

“Deseo felicitar, agregó, al arzobispo Shaw y a los sacerdotes que participan en el proceso diocesano de beatificación; estoy agradecido al Santo Padre por bendecir a la Iglesia de Pakistán con el primer Siervo de Dios, por su amor y sus oraciones por el pueblo de Pakistán”.

Ayyaz Gulzar, coordinador de “Jesus Youth Pakistan”, un movimiento católico de laicos, afirmó: “Nos alegramos especialmente por los jóvenes de Pakistán. Akash Bashir es un héroe, un ejemplo, su martirio es un modelo para que todos sean obedientes y fieles al Evangelio. 

“Los líderes de la Iglesia y los jóvenes compartieron activamente la noticia en las redes sociales con mensajes de felicitación y acogieron con entusiasmo este anuncio histórico. Damos gracias a Dios por esta bendición para la Iglesia en Pakistán. La vida y la misión de Akash son ya una inspiración para nuestra fe e inspirarán a muchos jóvenes a servir a la Iglesia con obediencia, fidelidad, dedicación y alegría”, expresó Gulzar.

En los brutales ataques de la organización Tehreek-e-Taliban Jamaatul Ahraar (TTP-JA) contra iglesias en Youhanabad el 15 de marzo de 2015, murieron 17 personas y 70 resultaron heridas.

En los años siguientes, la arquidiócesis de Lahore trabajó para apoyar a todas las familias cristianas que perdieron a sus seres queridos en los dos atentados suicidas contra la Iglesia de San Juan y la Iglesia Evangélica de Cristo, en el barrio cristiano que alberga a más de 100.000 fieles. Tras los atentados se produjo el desafortunado episodio del linchamiento de dos hombres musulmanes, identificados como los presuntos autores, que murieron a manos de la multitud que protestaba tras los ataques a las iglesias. Varios cristianos fueron detenidos y puestos en libertad al cabo de unos años. El equipo pastoral de Lahore ayudó a crear pequeños negocios para mantener a sus familias.+