La catedral de Pekín celebra más de cuatro siglos de vida

En el marco del Año Jubilar 2025, el templo católico mayor de la capital china, dedicado a la Inmaculada Concepción, conmemora los 420 años de su fundación por parte del misionero Matteo Ricci.

Hace 420 años, la fe católica dio origen a la catedral de Pekín, capital de China, cuya construcción fue impulsada por el misionero jesuita Matteo Ricci. Esa iglesia, dedicada a la Inmaculada Concepción, transita hoy un año de gracia, enmarcado en las celebraciones del Jubileo de la Esperanza 2025 y en este nuevo aniversario de su fundación.

En ese contexto, el martes 14 de enero, la comunidad de la Inmaculada inició esas celebraciones con la celebración de la Eucaristía, coincidiendo con la Jornada de los Santos, que se celebra en toda la diócesis de Pekín. En esa jornada, se recuerda especialmente al beato Odorico da Pordenone (1286-1331), al beato Santiago Zhou Wenmo (martirizado en Corea en 1795) y al venerable Matteo Ricci, según las indicaciones del vademécum pastoral 'Peregrinos de esperanza y constructores de paz'.

Durante la misa, el sacerdote Peter Zhao Jianmin destacó la contribución de esas tres figuras a la vida de la diócesis: "El padre Ricci viajó incansablemente, para traer la llama de la fe a esta tierra. Su sabiduría, valentía y dedicación han dejado una huella profunda en todos nosotros. Del mismo modo, los testimonios del beato Odorico y del beato Santiago Zhou Wenmo han fortalecido nuestra fe y renovado nuestro compromiso de anunciar el Evangelio".

Por su parte, el párroco Zhang Hongbo, anunció oficialmente las festividades por el 420° aniversario de la fundación de la iglesia, que incluirán actividades comunitarias y espirituales. A los asistentes se les ha entregado un libro sobre la vida de Matteo Ricci y un manual para vivir plenamente el Jubileo de la esperanza.

La iniciativa de celebrar un año dedicado a festejar la fundación de la catedral pretende dar a conocer la historia de la parroquia, para que todos puedan encontrar consuelo y crecimiento espiritual al rememorar los acontecimientos, las vicisitudes y el florecimiento de dones de gracia y buenas obras que han marcado la trayectoria de esa comunidad eclesiástica a lo largo de su historia de vida.

La apertura del Jubileo de la Esperanza de la diócesis de Pekín tuvo lugar el sábado 28 de diciembre. Todos los clérigos, las religiosas, los religiosos y una multitud de laicos se habían congregado ante el presbiterio de la catedral, dedicado a San Salvador, donde el obispo, monseñor Joseph Li Shan, y el obispo coadjutor, Matthew Zhen Xuebin, presidieron la solemne celebración del inicio del Año Jubilar en la capital de la República Popular China. 

Todos escucharon en silencio la lectura pública de fragmentos extensos de Spes non confundit, la bula papal de convocatoria al Jubileo. A continuación, en procesión, todos los presentes atravesaron la Puerta Santa, cantando la Oración de los Santos.

Además -de acuerdo con las indicaciones de Spes non confundit y también con las de la carta del Papa Francisco para el recuerdo en las Iglesias particulares de sus santos, beatos, venerables y siervos de Dios, firmada por el obispo de Roma el 9 de noviembre, en la fiesta de la dedicación de la basílica de Letrán-, la Iglesia de Pekín ha publicado una serie de disposiciones y sugerencias bajo el título 'Peregrinos de esperanza y artífices de paz', para vivir intensamente el Año Jubilar a nivel diocesano, parroquial y familiar.+