Sábado 20 de abril de 2024

En Navidad, los obispos argentinos invitan a la alegría profunda y verdadera

  • 15 de diciembre, 2021
  • Buenos Aires (AICA)
En un mensaje al término de la 189ª reunión de la Comisión Permanente, animan a ponerle el hombro a la Patria y a soñar con una Argentina donde "reine el amor a la vida, a la verdad y a la justicia".
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Los obispos difundieron hoy un esperanzador mensaje de Navidad al término de la 189ª reunión de la Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA) que se desarrolló los días 14 y 15 de diciembre en la sede del barrio porteño de Retiro.

“Somos pastores en medio de nuestro pueblo, con vocación de diálogo, y conocemos sus sufrimientos, angustias y esperanzas. A pesar de tantos fracasos y desilusiones, este pueblo bueno sigue esperando”, destacaron en el texto.

Aunque reconocen que “puede sonar extraño en este contexto difícil”, los obispos invitaron en Navidad a la alegría “profunda y verdadera”.

“La alegría que viene de Dios. La alegría de los pobres que a pesar de todo siempre encuentran algo para celebrar y agradecer. La alegría de las familias que, como la de Jesús, María y José, siguen siendo espacios de consuelo y contención”, puntualizaron.

Asimismo, sugirieron pedirle a Jesús, Príncipe de la Paz, que “nos ayude a ponerle el hombro a nuestra Patria; porque no dejamos de soñar con una Argentina donde reine el amor a la vida, a la verdad y a la justicia”.

“Gracias, muchas gracias a todos los que eligen superar el individualismo y optan por la generosidad y el servicio, porque es la opción que hizo Jesus desde la Navidad y hasta dar la vida, sin guardarse nada”, concluyó.

Texto del mensaje
Hermanas y hermanos de nuestra Patria argentina,

En este tiempo cercano a la Navidad brilla la figura de Jesús.

Ese Niño tan nuestro nos habla de un Dios que está cerca, que quiere acompañar nuestras luchas y sanar nuestras heridas.

Somos pastores en medio de nuestro pueblo, con vocación de diálogo, y conocemos sus sufrimientos, angustias y esperanzas. A pesar de tantos fracasos y desilusiones, este pueblo bueno sigue esperando.

Puede sonar extraño en este contexto difícil, pero en Navidad queremos invitarlos a la alegría. La alegría profunda y verdadera. La alegría que viene de Dios. La alegría de los pobres que a pesar de todo siempre encuentran algo para celebrar y agradecer. La alegría de las familias que, como la de Jesús, María y José, siguen siendo espacios de consuelo y contención.

Jesús, Príncipe de la Paz, nos ayude a ponerle el hombro a nuestra Patria; porque no dejamos de soñar con una Argentina donde reine el amor a la vida, a la verdad y a la justicia. 

Gracias, muchas gracias a todos los que eligen superar el individualismo y optan por la generosidad y el servicio, porque es la opción que hizo Jesus desde la Navidad y hasta dar la vida, sin guardarse nada. 

Que Dios nos bendiga para poder empezar un año mejor.

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