Viernes 26 de abril de 2024

En el día de Don Bosco, tres salesianos hicieron su primera profesión religiosa

  • 3 de febrero, 2022
  • Bernal (Buenos Aires) (AICA)
En el día de San Juan Bosco, tres novicios hicieron su primera profesión religiosa como salesianos de Don Bosco de la Inspectoría Ceferino Namuncurá.
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En el marco de la celebración inspectorial por el día de San Juan Bosco, el lunes 31 de enero, los novicios Augusto Bravo, Luciano Piccirilli y Mauro Rosatto, de la Inspectoría Salesiana Ceferino Namuncurá (Argentina Sur), hicieron su primera profesión religiosa como salesianos de Don Bosco con el lema “¿No ardía acaso nuestro corazón…?”.

La celebración se llevó a cabo en el santuario Nuestra Señora de la Guardia, de Bernal, y congregó a familiares y amigos de los novicios, y a un nutrido grupo de salesianos que acompañó a estos jóvenes. La ceremonia fue transmitida en vivo a través de la página de Facebook de la Obra Salesiana de Bernal .

La misa fue presidida por el padre inspector Darío Perera SDB, y concelebrada por monseñor Juan Carlos Romanín SDB, obispo emérito de Río Gallegos, por varios sacerdotes salesianos y por el párroco de María Auxiliadora, del barrio bernalense de Santa Coloma, padre Adolfo Bertinelli.

En la homilía, el padre Perera habló sobre la consagración a Dios y sobre el carisma de Don Bosco: “Cuando decimos ‘Don Bosco’, nuestro corazón palpita fuerte. Por eso, a veces nos acusan de fanáticos… No sé si llamarlo así, porque esta expresión tiene un tinte negativo. Pero es cierto que nuestra adhesión a Don Bosco no es solo racional, sino que nos involucra emocionalmente. Por eso nos identifica tan plenamente una frase de uno de sus hijos, Juan Cagliero: ‘¡Fraile o no fraile yo me quedo con Don Bosco!’”.

Y continuó relatando la historia de este salesiano que llegó a la Argentina en la primera expedición misionera enviada por San Juan Bosco: “Cagliero expresa algo a lo que se llega a partir de un discernimiento que va más allá de las lógicas dominantes”.

"Estamos en esta fiesta de Don Bosco -expresó el padre Perera- porque tres hermanos nuestros harán su primera profesión religiosa. Esto, a muchos de nuestros contemporáneos les puede parecer una locura: la vida consagrada puede ser percibida como una realidad fuera de época y, mucho más, si se tiene en cuenta la renuncia que significan los votos de pobreza, castidad y obediencia. Una experiencia similar vivió Cagliero. Cargado de incertidumbre pasó una noche angustiado por la propuesta que le había hecho Don Bosco. En el Piamonte de aquella época, ser religioso, ser fraile, tenía un fuerte rechazo social. Pero como dice Blaise Pascal, ‘el corazón tiene razones que la razón no entiende’”.

“Queridos Augusto, Mauro y Luciano –continuó el padre inspector de Argentina Sur–, sé que muchos podrán no entender lo que ustedes van a hacer porque centran su mirada en las renuncias que conlleva la consagración. Los que así ven las cosas aún no percibieron el encanto de la consagración”.

Y finalizó: “Hace unos meses fui a Viedma y quise visitar la tumba de Cagliero. Quería estar cerca de aquel oratoriano alegre e intrépido a quien Don Bosco invitó a ser salesiano, junto con Miguel Rúa y con otros 17 jóvenes, el 9 de diciembre de 1859. Aquella mañana en Viedma renové mi consagración como salesiano. Le pedí a Cagliero que mantuviera en mí la decisión de quedarme siempre con Don Bosco. Por eso, déjenme terminar pidiendo a Dios el don de la fidelidad para mis hermanos salesianos que un día como hoy consagraron su vida a Dios. Y pidámosle a Dios por Augusto, por Mauro y por Luciano para que les conceda la audacia de seguir a Jesús y de entregar toda su vida el servicio a los jóvenes más pobres”.

Luego de la homilía, el padre inspector tomó la profesión religiosa de los novicios. Allí, les entregó un ejemplar de las Constituciones y Reglamentos de los Salesianos y una medalla de Don Bosco, como símbolo de que ya son formalmente Salesianos de Don Bosco.

Los tres novicios de Argentina Sur
Mauro Rossato y Augusto Bravo son de la ciudad de Bernal y exalumnos del Instituto María Auxiliadora. La vida de ambos está marcada por el estilo del oratorio festivo salesiano.

Por su parte, Luciano Piccirilli es de Bahía Blanca y transitó las aulas, los pasillos y el patio de la Casa Salesiana Don Bosco de esa ciudad, donde fue parte de la IAMS (Infancia y Adolescencia Misionera Salesiana) y del Teatro Valdocco.

El año pasado los tres hicieron la experiencia del noviciado en la Casa Emaús que los salesianos tienen en Bahía Blanca.+